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viernes, 27 de mayo de 2011

Notifé, Diario digital de Santafé Argentina, 27 de mayo de 2011

DE MUHCOS CASOS
El cigarrillo, culpable de la infertilidad
Bien sabido es que el tabaquismo es un conocido factor de riesgo en múltiples patologías, incluyendo la infertilidad. Así y todo, el consumo de cigarrillo entre las mujeres en edad reproductiva se incrementó en las últimas décadas. Cómo el vicio puede retrasar la maternidad.
26.05.2011 | 07:57 hs. · Fuente: Infobae
Todos sabemos que el tabaquismo es un mal hábito sin embargo, y a pesar de las múltiples campañas en su contra, en Europa, por ejemplo, el consumo de cigarrillo entre las mujeres en edad reproductiva se incrementó en las últimas décadas llegando al 33% en 2006. En los Estados Unidos, la prevalencia en el mismo período fue de 28%, informó el doctor Fernando Neuspiller, director de Instituto Valenciano de Buenos Aires.

Si bien se sabe que existe una fuerte asociación entre fumar cigarrillos y una disminución en la fertilidad, la causa específica de este empeoramiento no es bien conocida. Hace algún tiempo un estudio demostró que sólo el 47% de las mujeres infértiles y el 14% de las embarazadas creen que el cigarrillo empeora la fertilidad.

Además de esto, en el mismo estudio se demostró que sólo el 30% de las mujeres infértiles fueron informadas por sus médicos respecto a los riesgos del tabaquismo, por otra parte varios estudios clásicos demuestran que, junto con el empeoramiento de la fertilidad, fumar también adelanta la aparición de la menopausia en hasta 2 años.

Sumado a esto, un reciente estudio que involucró a miles de mujeres que se sometieron a fecundación in vitro demostró que el cigarrillo está asociado a una menor chance de embarazo clínico, aumento del riesgo de aborto y de embarazo ectópico, menor probabilidad, por ende, de recién nacido vivo por ciclo iniciado. Todo esto es en parte consecuencia del impacto del cigarrillo en todos los órganos, generando a nivel del ovario, por ejemplo, menor sensibilidad a las drogas que se utilizan para inducir la ovulación generando una menor respuesta. Se observa también una menor proporción de óvulos fertilizados, y un empeoramiento en la implantación embrionaria y placentación temprana.

Es bien sabido que las mujeres que fuman además de tener un riesgo incrementado de subfertilidad, tienen también un mayor riesgo de pérdida de embarazo, parto pre término y de dar a luz niños con bajo peso al nacer. Es sorprendente que, a pesar de esto, entre el 10 y el 30% de las mujeres fuma durante el embarazo. No sólo la fumadora activa sufrirá las consecuencias del cigarrillo, también aquellas que consideramos fumadoras pasivas sufrirán las consecuencias de manera indirecta, la exposición intrauterina a químicos relacionados con el cigarrillo reduce la fertilidad femenina: ratones expuestos inutero a químicos asociados con el tabaco tuvieron menos crías y de menor tamaño. Otro estudio demostró que exponer in útero a la nicotina a un grupo de ratas, les causó disminución de la función ovárica y generó un aumento en el tiempo necesario hasta llegar a lograr un embarazo.

Finalmente, debemos hacer un comentario sobre los ex fumadores: si bien no existen estudios de rigor como para poder afirmarlo, aparentemente los ex fumadores se comportan, reproductivamente hablando, como no fumadores. Claramente, esta presunción debe cotejarse con el tiempo y la intensidad con la cual el paciente ha consumido tabaco.

Teniendo en cuenta todo lo antedicho es prioritario que a las adolescentes, las mujeres en edad reproductiva y por supuesto a las embarazadas se las anime firmemente a dejar el cigarrillo, asevera Neuspiller.

¿Por qué resulta tan difícil?

“Se tiende a pensar que apenas se comienza con la búsqueda del embarazo lo primero que se hace es dejar de fumar, muchas mujeres y hombres (sobre todo aquellos que no pueden negarse al pedido de su mujer) lo hacen pero también hay muchos otros para los que el cigarrillo forma parte de aquellos “bastones” a los cuales se aferran. Es frecuente escuchar en el consultorio frases como “si me embarazo dejo de fumar”, postergando el cuidado personal y supeditándolo al logro de un resultado positivo, otra clásica frase es “en el tratamiento anterior hice todo lo que me sugirieron y no me embaracé, ahora lo hago a mi manera… no creo más en nada y además estoy muy ansiosa, no voy a dejar de fumar todavía, solo lo voy a hacer cuando me confirmen el embarazo”, enumeró la licenciada Claudia Azar, psicóloga de IVI Bs As.

En general, lleva un tiempo entender que -más allá del logro del embarazo- hay hábitos que es bueno modificar dado que son nocivos para la salud y la calidad de vida. Muchas veces le sugerimos al paciente cambiar algunos de estos malos hábitos. Al principio se hace en función de lograr el embarazo y porque el terapeuta me lo sugirió. Recién cuando el paciente incorpora el deseo de hacer un cambio por si mismo y le da su color personal es cuando hay una modificación interna. En la experiencia de la fertilidad asistida, muchos cambios se hacen en pos del logro del ansiado embarazo y se transforman en cilicios en función de los resultados del tratamiento.

También es importante saber que con el cigarrillo los pacientes sienten que calman la ansiedad y dado que los tratamientos generan tanta ansiedad, a las personas con estructura de personalidad muy ansiosa les resulta más complicado abandonar ese hábito. Por otro lado, algunas pacientes tienen mucho temor a engordar, tanto por las hormonas como por dejar de fumar, es ahí cuando el “dejo de fumar cuando se confirme el embarazo” es muy frecuente. El miedo a que el cuerpo se modifique mucho es grande.

Otra conducta que vemos frecuentemente entre nuestros pacientes es que la mujer deja de fumar y el hombre no, esto suele generar enojo y desencuentro en la pareja. El reclamo que suelen hacerle a sus maridos estas mujeres es “yo me expongo, me pincho inyecciones en la panza todos los días, expongo el cuerpo mientras que lo único que se te pide es que dejes de fumar y no lo haces”.

Ni hablar cuando es un caso de infertilidad por “factor masculino”: en cuanto aparece el tema de abandonar el hábito del tabaquismo, aumenta la presión que sienten estos pacientes.

Con ellos se trabaja en planes personalizados que los ayude a bajar los niveles de ansiedad que se suman con el tratamiento más el intento de dejar de fumar… ayuda salir a caminar, hacer deporte, evitar el consumo de alcohol y café, etc. También es bueno que se generen buenas ideas en la pareja para apoyarse y alentarse frente a ese desafío extra. Probablemente los ayude a reforzarse y a generar un espacio más de contención y complicidad, vital para enfrentar las demandas que genera la búsqueda de un embarazo, concluyó Azar.
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