Tabaco también consume los pulmones del planeta
Publicado: 25 Mayo 2011
COLPRENSA
BOGOTÁ, COLOMBIA
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El consumo de cigarrillo no solo afecta el cuerpo de quien lo consume, sus efectos negativos los asume el medio ambiente desde la plantación de tabaco hasta el desecho de las colillas, que son la mayor causa de basura en el mundo.
Según cifras suministradas por la OMS, cada año se consumen entre 82,5 y 175 millones de metros cúbicos de madera para la producción del tabaco, lo cual se traduce en 1,2 y 2,5 millones de hectáreas deforestadas.
Para que las hojas tomen un color marrón y el aroma típico del tabaco, se deben fermentar a 70º C. El problema es que muchos países utilizan la madera de la selva para incinerarla. Se calcula que se necesitan 5,5 kilos de madera por cada kilo de tabaco curado.
A esto se suma que el humo del tabaco tiene más de 8.000 sustancias tóxicas que son libreadas al aire que respiran tanto los fumadores como los que no lo hacen. Uno de esas sustancias es el monóxido de carbono, causante del efecto invernadero.
El tabaco es una planta que necesita más pesticidas que fertilizantes, que pasan por el agua y contaminan otras plantas y animales. Los suelos donde se cultiva el tabaco son frecuentemente fumigados con metilbromuro, un químico que se sabe afecta la capa de ozono.
Otro de los problemas del consumo de cigarrillo es que las colillas que quedan son tiradas al piso por los fumadores, y pueden tardar hasta 25 años en degradarse. Por eso es considerada la primera fuente de basura en todo el planeta.
Según la OMS el consumo del tabaco constituye también la primera causa de muerte prematura y evitable. En el mundo hay 1.3 mil millones de fumadores y a menos de que se realicen acciones urgentes, 650 millones de ellos morirán antes de tiempo.
Soluciones
A raíz de esto, en el año 2003 la OMS ratificó el Convenio Marco para el Control del Tabaco en el cual participaron 172 países dentro de ellos Colombia. El objetivo es buscar estrategias para frenar la pandemia en la que se convirtió el consumo del tabaco, sumado al impacto que tiene sobre el medio ambiente.
Después del Convenio varios países comenzaron a implementar medidas para controlar el consumo en lugares públicos cerrados, como bares, restaurantes, hoteles, medios de transporte público donde concurren muchas personas para proteger del humo y su toxicidad a los no fumadores.
Colombia fue uno de los países que implementó medidas para controlar el tabaco en espacios públicos cerrados. Pero este año buscó ir más lejos con la campaña “Playas y Parques Libres de Humo, a través de la cual el Ministerio de la Protección Social pretende crear consciencia respeto y cuidado por el medio ambiente.
La vocería de la campaña la tomarán la agrupación musical Doctor Krápula, que realizará una serie de conciertos en las ciudades de Bogotá, Cartagena, Santa Marta y Bucaramanga, para invitar a la gente a que se sume a la iniciativa.
La campaña va en concordancia con el Foro que convocó la Liga Colombiana Contra el Cáncer este 26 y 27 de mayo: “Ciudades 100% libres de humo”, a través de la cual se mostrará cómo es posible vivir sin el tabaco y mantener los espacios comunes sin las colillas y el olor que desprenden estos artefactos.
Una de las invitadas al Foro será Luz Myriam Reynales, jefe del departamento de investigación sobre tabaco del Instituto Nacional de Salud en México. Para ella este tipo de estrategias deben hacer parte de una política integral donde se proteja la salud de los no fumadores pero también de los que lo hacen.
Según Reynales el problema en los espacios cerrados es que el humo se acumula de manera más fácil afectando el bienestar de todos los que aspiran el aire contaminado, por eso debe controlarse el consumo. Sin embargo, aclaró que la idea de las campañas y estrategias nunca debe ser aislar al fumador.
Por eso plantea la necesidad de implementar políticas integrales donde se realice un acompañamiento al consumidor de tabaco para que logre dejarlo, a través de campañas de salud, de líneas gratuitas y de grupos en redes sociales, donde la persona encuentre un aliado para dejar su adicción.
Pese a que los esfuerzos para el control del tabaco se han intensificado después del Convenio, Reynales manifiesta que el manejo para mitigar los efectos que tiene tanto la producción como el consumo y disposición del tabaco sobre el medio ambiente todavía falta.
Según cifras suministradas por la OMS, cada año se consumen entre 82,5 y 175 millones de metros cúbicos de madera para la producción del tabaco, lo cual se traduce en 1,2 y 2,5 millones de hectáreas deforestadas.
Para que las hojas tomen un color marrón y el aroma típico del tabaco, se deben fermentar a 70º C. El problema es que muchos países utilizan la madera de la selva para incinerarla. Se calcula que se necesitan 5,5 kilos de madera por cada kilo de tabaco curado.
A esto se suma que el humo del tabaco tiene más de 8.000 sustancias tóxicas que son libreadas al aire que respiran tanto los fumadores como los que no lo hacen. Uno de esas sustancias es el monóxido de carbono, causante del efecto invernadero.
El tabaco es una planta que necesita más pesticidas que fertilizantes, que pasan por el agua y contaminan otras plantas y animales. Los suelos donde se cultiva el tabaco son frecuentemente fumigados con metilbromuro, un químico que se sabe afecta la capa de ozono.
Otro de los problemas del consumo de cigarrillo es que las colillas que quedan son tiradas al piso por los fumadores, y pueden tardar hasta 25 años en degradarse. Por eso es considerada la primera fuente de basura en todo el planeta.
Según la OMS el consumo del tabaco constituye también la primera causa de muerte prematura y evitable. En el mundo hay 1.3 mil millones de fumadores y a menos de que se realicen acciones urgentes, 650 millones de ellos morirán antes de tiempo.
Soluciones
A raíz de esto, en el año 2003 la OMS ratificó el Convenio Marco para el Control del Tabaco en el cual participaron 172 países dentro de ellos Colombia. El objetivo es buscar estrategias para frenar la pandemia en la que se convirtió el consumo del tabaco, sumado al impacto que tiene sobre el medio ambiente.
Después del Convenio varios países comenzaron a implementar medidas para controlar el consumo en lugares públicos cerrados, como bares, restaurantes, hoteles, medios de transporte público donde concurren muchas personas para proteger del humo y su toxicidad a los no fumadores.
Colombia fue uno de los países que implementó medidas para controlar el tabaco en espacios públicos cerrados. Pero este año buscó ir más lejos con la campaña “Playas y Parques Libres de Humo, a través de la cual el Ministerio de la Protección Social pretende crear consciencia respeto y cuidado por el medio ambiente.
La vocería de la campaña la tomarán la agrupación musical Doctor Krápula, que realizará una serie de conciertos en las ciudades de Bogotá, Cartagena, Santa Marta y Bucaramanga, para invitar a la gente a que se sume a la iniciativa.
La campaña va en concordancia con el Foro que convocó la Liga Colombiana Contra el Cáncer este 26 y 27 de mayo: “Ciudades 100% libres de humo”, a través de la cual se mostrará cómo es posible vivir sin el tabaco y mantener los espacios comunes sin las colillas y el olor que desprenden estos artefactos.
Una de las invitadas al Foro será Luz Myriam Reynales, jefe del departamento de investigación sobre tabaco del Instituto Nacional de Salud en México. Para ella este tipo de estrategias deben hacer parte de una política integral donde se proteja la salud de los no fumadores pero también de los que lo hacen.
Según Reynales el problema en los espacios cerrados es que el humo se acumula de manera más fácil afectando el bienestar de todos los que aspiran el aire contaminado, por eso debe controlarse el consumo. Sin embargo, aclaró que la idea de las campañas y estrategias nunca debe ser aislar al fumador.
Por eso plantea la necesidad de implementar políticas integrales donde se realice un acompañamiento al consumidor de tabaco para que logre dejarlo, a través de campañas de salud, de líneas gratuitas y de grupos en redes sociales, donde la persona encuentre un aliado para dejar su adicción.
Pese a que los esfuerzos para el control del tabaco se han intensificado después del Convenio, Reynales manifiesta que el manejo para mitigar los efectos que tiene tanto la producción como el consumo y disposición del tabaco sobre el medio ambiente todavía falta.
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