Beijing, 1 may (PL) China hizo efectiva hoy la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados como parte de los esfuerzos contra un hábito que causa más de un millón de muertes anuales en este país.
Desde esta fecha, restaurantes, hoteles, estaciones ferroviarias y otras instalaciones deberán aplicar la medida, acompañada de información y actividades que alerten del peligro del tabaco para la salud.
Según un reglamento difundido el pasado día 29 por el Ministerio de Salud, los dueños de empresas también asumen una mayor responsabilidad en este empeño al tener que realizar campañas contra el cigarrillo.
Establece además que las áreas donde se permite fumar no pueden obstruir las zonas peatonales y las máquinas expendedoras de tabaco deben estar excluidas de lugares públicos.
Unos 300 millones de ciudadanos de este país son fumadores regulares y 740 millones, incluidos 182 millones de niños, clasifican como pasivos.
De acuerdo con esta realidad, muchas personas coinciden en que, al estar tan arraigado ese hábito en la población, resultará muy difícil hacer cumplir la normativa, máxime si falta una mayor concientización acerca del daño del humo del cigarro para la salud.
Al respecto, Gonghuan Yang, subdirector del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), indicó que se necesitará mucho tiempo para capacitar a los responsables de hacer cumplir la prohibición.
Explicó que el punto débil de esa resolución es que no establece sanciones para quienes la violen. Las futuras revisiones deben incluir cláusulas estrictas y concretas sobre su ejecución y vigilancia.
Sugirió crear líneas directas de supervisión activa y dar a conocer al público los diferentes controles. Sensibilizar a la población sigue siendo la clave del éxito, añadió.
Una encuesta realizada por el CDC y divulgada por medios de prensa locales demostró que sólo el 25 por ciento de los chinos conocen con exactitud los efectos del humo del tabaco tanto para fumadores activos como pasivos.
China ratificó el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco (CMCT) en 2003.
Ese tratado, que entró en vigor en 2005, es un instrumento jurídico regido por el derecho internacional y obligatorio para los países que lo firman y ratifican.
Su objetivo es proteger a las generaciones presentes y futuras contra las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo del tabaco.
Igualmente busca proporcionar un marco nacional y mundial para la aplicación de medidas de control, a fin de reducir el hábito y la exposición al humo.
arc/tjv
Desde esta fecha, restaurantes, hoteles, estaciones ferroviarias y otras instalaciones deberán aplicar la medida, acompañada de información y actividades que alerten del peligro del tabaco para la salud.
Según un reglamento difundido el pasado día 29 por el Ministerio de Salud, los dueños de empresas también asumen una mayor responsabilidad en este empeño al tener que realizar campañas contra el cigarrillo.
Establece además que las áreas donde se permite fumar no pueden obstruir las zonas peatonales y las máquinas expendedoras de tabaco deben estar excluidas de lugares públicos.
Unos 300 millones de ciudadanos de este país son fumadores regulares y 740 millones, incluidos 182 millones de niños, clasifican como pasivos.
De acuerdo con esta realidad, muchas personas coinciden en que, al estar tan arraigado ese hábito en la población, resultará muy difícil hacer cumplir la normativa, máxime si falta una mayor concientización acerca del daño del humo del cigarro para la salud.
Al respecto, Gonghuan Yang, subdirector del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), indicó que se necesitará mucho tiempo para capacitar a los responsables de hacer cumplir la prohibición.
Explicó que el punto débil de esa resolución es que no establece sanciones para quienes la violen. Las futuras revisiones deben incluir cláusulas estrictas y concretas sobre su ejecución y vigilancia.
Sugirió crear líneas directas de supervisión activa y dar a conocer al público los diferentes controles. Sensibilizar a la población sigue siendo la clave del éxito, añadió.
Una encuesta realizada por el CDC y divulgada por medios de prensa locales demostró que sólo el 25 por ciento de los chinos conocen con exactitud los efectos del humo del tabaco tanto para fumadores activos como pasivos.
China ratificó el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco (CMCT) en 2003.
Ese tratado, que entró en vigor en 2005, es un instrumento jurídico regido por el derecho internacional y obligatorio para los países que lo firman y ratifican.
Su objetivo es proteger a las generaciones presentes y futuras contra las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo del tabaco.
Igualmente busca proporcionar un marco nacional y mundial para la aplicación de medidas de control, a fin de reducir el hábito y la exposición al humo.
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