El cigarrillo y la piel
Escrito por GN3Dra. Leana Quintanilla de Sánchez
Dermatóloga / Cirugía Cosmética
Si hay algo que me llama mucho la atención es que las personas que fuman se preocupan más por la piel y sus arrugas que porque el cigarrillo pueda llegar a causar cáncer pulmonar o tos crónica, entre otros daños.
La piel es la protectora de todos nuestros órganos, y debemos cuidarla del cigarrillo que afecta tanto, diría yo, como el SOL.
Daña, daña y daña nuestra piel. Le digo a mis pacientes, a toda persona que le hacemos procedimientos quirúrgicos, que la piel de todo fumador se conoce rápidamente, por su envejecimiento, piel sumamente flácida, sin vida, como color ceniza y al tocarla es áspera porque ha perdido su tersura.
Las mujeres que fuman y están embarazadas, sus hijos tienen alto porcentaje de padecer de la difícil enfermedad llamada dermatitis atópica: piel áspera que ocasiona mucha picazón y que puede durarle muchísimos años.
Las mujeres que nos cuidamos, aun así podemos sufrir las consecuencias de estas amigos o familiares que fuman y que no nos respetan dejando de fumar cuando estamos con ellas.
Las arrugas de las fumadores y las no fumadores se diferencian en que las de las fumadoras son profundas y agrietadas, los ojos son pálidos casi “marchitos”, con ojeras más profundas. Si tiene piel blanca aun peor, la mujer de 30 parece de 50, ya que tiene arrugas en frente, entrecejo y en patillas.
El cigarro hace que perdamos el colágeno con gran facilidad. El odontólogo diría que el fumador padece más de dientes amarillos, por eso no sonríe abiertamente, o más bien tiende a no hacerlo.
Cuando la persona fuma y se aplica materiales de rellenos como metacrilatos, colágenos o con la toxina botulínica, dura menos sus efectos, que con aquella persona que no ha fumado.
La mala cicatrización que tienen después de una cirugía de emergencia, por ejemplo el apéndice, tiende a ser fatal. Nosotros al efectuar trasplante de pelo u otra cirugía cosmética suspendemos el cigarro para evitar estos problemas que ocasiona en la piel.
Hay estudios interesantes. Uno de ellos sobre unas hermanas gemelas de 50 años de edad, una fumadora y la otra no. La diferencia en la piel del rostro, en la cantidad de arrugas y en mala cicatrización era contundente. La que fuma tenía mucho más envejecimiento de la piel, que de la otra.
Hablemos de los beneficios que obtendremos en nuestra piel si dejamos de fumar: se empezará a ver piel más fina, con mejor brillo y tendremos más deseos de hacer ejercicio, podremos hacer mucho mejor las rutinas de estos, el colágeno hará que tu rostro luzca con más vida, con más juventud.
Si te aplicas toxina botulínica en las arrugas que te quedaron después de dejar el cigarro, este hará que tu piel luzca radiante, sonreirás y te veras muchísimo mejor. Ya no se diga si usas la luz pulsada IPL.
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