Joaquín Lamela López
Doctor, vengo a consultarme porque fumo mucho y en las dos últimas semanas no paro de toser! ¡Estoy asustado, pensando si ya tendré un cáncer de pulmón! Esto me decía un paciente hace algunos años. Le exploré, le ordené una radiografía de tórax y le dije al final de la consulta más o menos esto: “ahora ha sido una bronquitis aguda pero si continúa fumando puede llegar a padecerlo. Para usted, para todos los fumadores, dejar de fumar es prolongar la vida; continuar fumando es acortarla, acercar la muerte. Y desgraciadamente el tabaco no le va a dar una segunda oportunidad”.
Salió de la consulta prometiéndose que no volvería a fumar. Una semana después lo vi por la calle con un cigarrillo en la mano, que escondió para saludarme. Me sonreí y le dije adiós. Unos años después volvió a la consulta por dolor en el brazo izquierdo. Le ordené una radiografía de tórax. Ahora sí tenía cáncer de pulmón con metástasis en el otro pulmón y en los huesos. Al informarle de los hallazgos en la placa dijo: “¡J…., por qué no le habré hecho caso cuando hace años me recomendó que dejase el tabaco! Se murió poco después, antes de lo que le correspondía, por echar humo. Estaba en lo mejor de la vida.
El tabaco causa más de cinco millones de muertes al año. Los plasmodios, parásitos causantes de la malaria, un millón aproximadamente. Los causantes de las muertes por el tabaco son las industrias tabacaleras productoras de cigarrillos y quienes se los permiten fabricarlos. El vector de la malaria es el mosquito anofeles hembra. El tabaco está muy emparentado con sus vectores, las tabacaleras, y estas tienen lobbies que las protegen. Es muy difícil luchar contra ellas. Muchos mediadores o cabilderos las defienden, a pesar de causar tantas muertes. Los mosquitos anofeles no tienen lobbies que los defiendan. Es imposible acabar con los mosquitos anofeles pero no es imposible acabar con las empresas tabaqueras fabricantes de cigarrillos.
Aunque ellas y sus defensores nos desprecian, los médicos estamos obligados a levantar la voz contra estas industrias de la muerte. Hace pocos años, en un estupendo artículo titulado “¿Duerme usted tranquilo señor Blair?”, la prestigiosa revista británica The Lancet le preguntaba al primer ministro inglés si podía dormir tranquilo con la hecatombe diaria causada por las industrias tabacaleras de su país.
Las muertes causadas por el tabaco no son por una sola enfermedad como sucede con los plasmodios. El tabaco ocasiona los millones de muertes anuales por distintas enfermedades: pulmonares, cardíacas, neoplásicas, vasculares, etcétera.
Una de estas enfermedades, la más terrible, es el cáncer de pulmón. En los Estados Unidos ya es la primera causa de muerte por cáncer en hombres y mujeres. Desde 1964 se sabe que fumar cigarrillos causa cáncer de pulmón y ahora sabemos que el 90 por ciento de estos tumores están causados por el tabaco. La supervivencia a los 5 años para el cáncer de pulmón es del 15 por ciento, cuando para el cáncer de mama, colon y próstata está por encima del 90 por ciento.
El screening es un anglicismo utilizado en medicina para denominar a la estrategia aplicada sobre una población para detectar una enfermedad antes de que dé síntomas. La intención del screening es identificar enfermedades de manera temprana dentro de una comunidad. Esto permite una rápida intervención con la esperanza de que se reduzcan los síntomas y la mortalidad por esas dolencias. El screening, por la detección y tratamiento precoces, ha reducido las muertes causadas por algunos tipos de cánceres. Por este motivo se han realizado numerosos estudios en los últimos años para conseguir detectar precozmente este sombrío cáncer.
Aunque la mejor manera para prevenir el cáncer de pulmón es no fumar nunca o dejar de fumar, ahora hay una prueba que puede reducir la muerte por cáncer de pulmón mediante la detección precoz del mismo. Se trata de la tomografía axial computerizada (TAC) de tórax de baja dosis.
Hace pocos días la American Lung Association (ALA) publicaba sus recomendaciones para la detección precoz de cáncer de pulmón. Los buenos candidatos para el screening son los fumadores actuales o que lo hayan sido en los últimos 15 años, de edades entre los 55 y 74 años, que hayan fumado 1 paquete de cigarrillos al día durante 30 años o 2 paquetes durante 15 años y no hayan padecido antes cáncer de pulmón. Pero la ALA recomienda a los médicos americanos que, antes de solicitar esta prueba al paciente, se le haga una historia de salud completa, se determine si hay otras dolencias, se le realice una espirometría si está indicada, se le eduque sobre los síntomas de cáncer de pulmón, se examine con él los beneficios, riesgos y procedimientos asociados con el proceso de screening, se le hable de los costes de la prueba y se aconseje al fumador dejar de fumar, ofreciéndole ayuda conductual y farmacológica.
Si usted es fumador/a sería fenomenal -para usted- que a partir de este momento no volviera a llevar un cigarrillo a los labios. ¡Puede hacerlo! Sólo tiene que estar dispuesto/a a pasarlo mal, por la ausencia de nicotina en su cerebro, unas semanas. No se va a morir por dejar de fumar. Sí es probable que se muera antes si continúa fumando.
Hace pocos días veía a una paciente relativamente joven que ya padecía una enfermedad pulmonar crónica por fumar cigarrillos. Cuando le decía que el único tratamiento era cesar de fumar se le caían las lágrimas. No era por la enfermedad que ya tenía; era porque no se sentía capaz de dejar el tabaco. Y yo me disgustaba por no poder aumentarle la voluntad para conseguirlo. Le dije, o debí haberle dicho, que el día 31 de mayo es el Día Mundial Sin Tabaco y esperaba que la marcase en su agenda como fecha límite para dejar de fumar. También se lo digo a usted si es fumador/a. Que así sea.
info@clinicajoaquinlamela.com
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