Los programas y medicamentos para dejar de fumar son útiles pero, aparte de ello, también es importante generar unas buenas condiciones
Que el tabaco es malo para la salud, nadie duda de ello. Sin embargo, sus efectos se suelen infravalorar ya que es un habito bastante extendido sobre la población. De hecho, es importante recordar que incluso los pequeños fumadores que sólo se encienden algunos cigarrillos al día --de 5 a 10-- no están exentos de las consecuencias nefastas para el organismo.
Desde DKV, analizamos los efectos dañinos del tabaco y ofrecemos algunas claves que ayuden a superar o disminuir su consumo. Hay una regla de oro para lograrlo: la fuerza de voluntad.
Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo de tabaco mata a más de 5 millones de personas al año y es responsable de la muerte de uno de cada 10 adultos. Entre los cinco principales factores de riesgo de mortalidad, es la causa de muerte más prevenible.
Los programas y medicamentos para dejar de fumar son útiles pero, aparte de ello, también es importante generar unas buenas condiciones. Por ejemplo, dormir adecuadamente (eso ayuda a relajarse), beber agua (elimina toxinas y ayuda encontrarse mucho mejor) o mantener una buena dieta (cosa que minimizará la dependencia del tabaco y evitará el riesgo de ganar peso asociado a dejar de fumar).
Ejercicio
Además, si bien no puede afirmarse que el ejercicio de por sí consiga evitar el consumo de tabaco, sí que produce una serie de efectos beneficiosos en los fumadores: reduce el nivel de ansiedad de los fumadores y estimula la producción de sustancias que provocan una sensación de tranquilidad y de bienestar.
Por lo general, las personas que participan en programas de ejercicio son menos fumadores que la población más sedentaria. Tal vez sea por participar de unos hábitos de vida más saludables en dicho ambiente, incitando a abandonar el consumo del tabaco.
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