OMS: el palo en la rueda de las tabacaleras
Hoy se celebra el Día Mundial sin Tabaco, una oportunidad para revisar las estrategias de prevención.
POR LAURA VICTORIA BOTERO Y JUAN DAVID MONTOYA | Publicado el 31 de mayo de 2012
Continúa la batalla frontal impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra las empresas tabacaleras. El organismo de las Naciones Unidas dirige hoy la atención mundial hacia la "interferencia de la industria del tabaco" en la formulación de políticas públicas de salud.
"La campaña se centrará en la necesidad de denunciar y contrarrestar los intentos descarados y cada vez más agresivos de la industria tabacalera para socavar el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud", señala la OMS.
Desde el momento mismo de la firma de este convenio en el año 2003, el sector tabacalero enfiló baterías para torpedear y dilatar su aplicación. Los últimos episodios en este tire y afloje han llevado al campo legal una confrontación en la que está en jugo la vida de millones de personas.
En primer lugar está el caso uruguayo. Desde que el gobierno del oncólogo Tabaré Vásquez decidió ser el país pionero en Latinoamérica en imponer restricciones a la venta y comercialización de cigarrillos, el Palacio Estévez ha tenido que sortear una demanda por 2.000 millones de dólares que entabló Phillip Morris.
La empresa productora de los mundialmente populares Marlboro demandó también a Australia y Noruega, este último por impedir que los establecimientos comerciales oferten sus productos a la vista de los clientes.
La respuesta de la OMS ha sido crear un frente común internacional contra el tabaquismo que respalde a los países involucrados en el avance del convenio. Con la campaña del día de hoy, sin embargo, parece que la guerra contra las tabacaleras subió de tono.
Desde Ginebra, el director de la Iniciativa Libre de Tabaco, Douglas Bettcher , dijo que la industria del tabaco es una "paria" y que está "desesperada". "Todos tenemos que aliarnos en esta batalla contra la interferencia de la industria tabacalera y la OMS rechaza terminantemente sus intentos de intimidación y sus sucias artimañas", comentó el funcionario de la OMS.
A favor de la salud pública
A pesar de las "interferencias", todo parece indicar que las restricciones al tabaco, antes que retroceder, aumentarán. Los firmantes del Convenio Marco se comprometían a aplicar un mínimo de sus disposiciones, y profundizarlas con el tiempo.
Por otra parte, no solo las Naciones Unidas a través de la OMS está mostrándole los dientes a las empresas productoras de cigarrillos. En carta dirigida al presidente de Philip Morris, ministros de salud, líderes sociales y trabajadores del sector salud exigieron que la multinacional detenga los litigios contra los países que formulan legislación antitabaco.
En Colombia, la implementación de la ley 1335 de 2009 ha traído duras restricciones al consumo. Blanca Llorente Carreño, coordinadora del Proyecto de Fortalecimiento de la Ley de Control de Tabaco en Colombia, considera que si bien esta legislación representa un avance importante, aún el país tiene mucho por hacer en cuanto a control de precios.
Junto a Paraguay, Colombia ofrece los cigarrillos más baratos en la región. De acuerdo a experiencias como la mexicana y la uruguaya, un costo más alto por paquete significa una menor prevalencia y mayor recaudo en impuestos.
"En Colombia, en un escenario muy conservador -adelanta Llorente en caso de duplicar el impuesto básico- , podríamos hablar de una reducción del consumo en el mediano plazo del 15 por ciento".
Apoyado por la Liga Contra el Cáncer, el proyecto liderado por Blanca Llorente ha recogido 23.000 firmas a favor del incremento de los gravámenes.
Otra fórmula lanza Jaime Londoño, experto en prevención de Medicáncer. Si bien considera importante hacer un pronunciamiento que rechace las presiones indebidas de grupos económicos, considera "que estas campañas deberían estar más enfocadas en la parte del compromiso con la promoción y la prevención".
En el país urge hacerlo. De acuerdo con Londoño, el promedio de iniciación en el cigarrillo de los jóvenes colombianos es de 10 a 12 años. Además, los costos en vidas y para el sensible sistema de salud son incalculables. "El cigarrillo es uno de los principales factores de riesgo modificables asociados a unas patologías muy severas", recuerda. La primera y tercera causa de muerte, los riesgos cardiovasculares y el cáncer, están estrechamente ligadas al consumo de cigarrillo.
Una ligera disminución en los índices de tabaquismo juvenil, considera Blanca Llorente, no puede incitar a que se baje la guardia. Al fin y al cabo, de los 340.000 escolares menores de edad que fuman habitualmente ninguno debería estar haciéndolo.
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