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martes, 9 de diciembre de 2008

El Colombiano.com. 4 de Diciembre de 2008

Diciembre sin humo de tabaco
URUGUAY, EL PAÍS que más adelante va en la implementación del Convenio Marco para el control del tabaco, enseña que lograr espacios libres del humo requiere de normas con "dientes".
Mario Alberto Duque Cardozo - Medellín

Prohibido fumar en este sitio. El cartel azul claro advierte en la puerta de un restaurante en pleno Parque Lleras.

Estas informaciones deben ser cada día más frecuentes a partir del próximo lunes, cuando empiece a regir la Resolución 1956 del 2008, que aunque expedida el 30 de mayo, apenas se aplicará desde el 1 de diciembre.

Entonces, se deben empezar a leer mensajes como: "Bienvenido, este es un establecimiento libre de humo de tabaco"; "Respire con tranquilidad, este es un espacio libre de humo de tabaco"; "Por el bien de su salud, este espacio está libre de humo de cigarrillo o de tabaco", que inviten, en vez de prohibir, a no fumar.

La norma, que es parte del Convenio Marco para el Control del Tabaco que suscribió Colombia hace poco, prohibe fumar en áreas interiores o cerradas de los lugares de trabajo o de los lugares públicos e indica que solo se podrán establecer zonas para fumadores en sitios abiertos o al aire libre.

Tampoco es posible hacerlo en las entidades de salud, ni en instituciones de educación preescolar, básica, media y no formal que atiendan a menores. Esto deja por fuera a las universidades.

Los medios de transporte públicos, oficiales y escolares también están regulados, así como cualquier establecimiento en donde se atiendan menores de edad.

Pero ¿cumplirán los fumadores colombianos con la regulación? ¿La harán cumplir estos establecimientos?

El caso uruguayo
En 2005, el gobierno uruguayo, presidido por el oncólogo Tabaré Vásquez anunció un paquete de medidas para el control del cigarrillo, entre los que se reglamentó la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados.

Este es un país con tres millones y medio de habitantes (poco más que la población de Medellín y el área metropolitana) y allí, la determinación política fue esencial para lograr ser el país que va más adelante en la implementación de lo pactado en el Convenio Marco de Control del Tabaco.

La encargada del Programa de Cesación de Tabaquismo de la Universidad de la República de Uruguay, Elba Inés Esteves di Carlo, recuerda que la industria tabacalera se opuso fervientemente a la nueva reglamentación y que, entre los comerciantes de los quioscos y los pub de Montevideo, la preocupación fue evidente.

"Les asustaba el tema de las multas pero se establecieron criterios atenuantes y agravantes para la sanción", dice la experta.

Pero agrega que la firmeza en los objetivos consistió en que estaba resuelto y era irrevocable la prohibición absoluta de fumar en lugares cerrados.

"No eran planteables lugares exclusivos para fumadores, dado que violarían los principios de protección de la salud de toda la población y los derechos de los trabajadores de un ambiente laboral saludable".

Porque, en este país austral, a la norma se le dientes. "Se pusieron ceniceros en todas las puertas de los restaurantes y las tiendas, para que la gente no pudiera entrar fumando, se retiró toda la publicidad de los quioscos", comenta Esteves.

Ese es uno de los problemas de la nueva normatividad en Colombia: la gente no la conoce, los establecimientos no saben a ciencia cierta cómo funcionan e incluso cómo aplicar la normatividad en sus establecimientos, trabajo que si se hizo en Uruguay.¿Una norma difusa?
"Es muy importante que se respeten los derechos de las personas. Pero hay que madurar la medida con campañas pedagógicas, el primero de diciembre es ya y no se ha socializado", indica el presidente de la Corporación Zona Rosa, Juan Gonzalo Velásquez.

Esta asociación reúne alrededor de 80 establecimientos con venta y consumo de licor, entre bares, restaurantes y discotecas, en donde la medida debería aplicarse por ser áreas cerradas o internas.

Según Velásquez no es claro qué pasaría, por ejemplo, con los restaurantes con techo retráctil, solo por citar un ejemplo.

La subsecretaria de Salud Pública de Medellín, Sonia Bedoya, indica que la Resolución deja eso claro al señalar como área interior o cerrada: "Todo espacio cubierto por un techo o cerrado entre una o más paredes o muros, independientemente del material utilizado para el techo, las paredes o los muros y de que la estructura sea permanente o temporal".

La funcionaria agrega que, pese a que la medida solo empieza a regir el lunes próximo, ya se está haciendo vigilancia de los más de 3.200 establecimientos sobre los que ejerce control.

"Se están verificando las condiciones higenicosanitarias, pero también que se estén incorporando avisos o estrategias comunicativas que inviten a no fumar.

¿Y si se incumple? Parte del acierto de la medida en Uruguay se basó en las sanciones para los propietarios de los establecimientos. La normatividad colombiana también contempla esa opción.

"Como autoridad sanitaria podemos imponer sanciones de tipo pecuniario. O clausuras parciales o temporales", asegura Bedoya.

La Subsecretaria, sin embargo, reconoce que no fue posible llegar a todos los locales que tendrán que indicarles a sus clientes que fumar dentro de sus instalaciones ya no es posible.

"La responsabilidad es de los propietarios de los locales. Son ellos los que tienen que velar porque la normatividad se cumpla", dice Bedoya.

Pero agrega que hay corresponsabilidades que ayudan al control social.

Un usuario puede pedir o recordarle a los trabajadores o dueños de un establecimiento de la prohibición sobre el consumo de cigarrillo, por ejemplo.

Incluso, si es desatendido su mensaje, puede informar a las secretarías de Salud y Gobierno o a una inspección de Policía, sobre el desacatamiento a la norma.

"Se trata de empoderar a la ciudadanía para que haga valer la norma y sus derechos", explica la funcionaria.

De cumplirse a cabalidad, Colombia estaría andando un camino bastante beneficioso para la salud de sus habitantes y entraría a formar parte de un selecto grupo de países donde las normas que regulan el consumo de cigarrillo en espacios cerrados ayudaron a reducir el tabaquismo.

Es un plan a largo plazo, cuyos efectos no pueden medirse de manera inmediata, pero es una senda que se debe andar con responsabilidad por parte de autoridades y ciudadanos.

Contexto
Algunos beneficios de la medida
Restringir el consumo de cigarrillo, señala la experta Elba Inés Esteves di Carlo, desnormaliza la conducta de fumar, facilita la decisión de dejarlo a quienes ya estaban motivados, ayuda a mantenerse sin fumar a los que dejar de hacerlo. También impacta en los jóvenes que no ven como normal dicha conducta, disminuyendo su inicio en la adicción.

Esteves, directora del Programa de Cesación de Tabaquismo de la Universidad de la República, de Uruguay, la experiencia de otros países demuestra que en ningún caso se registraron perdidas económicas en los comercios de todos los rubros cuando la medida fue general y sin excepciones
Tomado de: 

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