ALMERÍA
Fumar más allá de los 30 multiplica por diez la probabilidad de muerte a los ciudadanos de Almería
Según explican desde la Sociedad Andaluza de Cardiología, abandonar el cigarrillo a esa edad reduce en un 70% las posibilidades de sufrir un infarto
28.02.11 - 01:33 -
FRAN GAVILÁN franfgavilan@gmail.com | ALMERÍA.
Dejar de fumar antes de cumplir los 30 años reduce la probabilidad en un 90% de morir de forma prematura por enfermedades relacionadas con el tabaco. Esto es lo que sostiene el presidente de la Sociedad Andaluza de Cardiología (SAC), el doctor Miguel Ángel Ulecia que apunta que abandonar los cigarrillos antes de los cincuenta años de edad disminuye el citado riesgo de mortalidad en un 50%.
Asimismo, desde el SAC afirman que «el riesgo relativo de cardiopatía isquémica decrece al dejar de fumar». Y es que, según arrojan algunos estudios de intervención realizados por cardiólogos andaluces, después de dos o tres años de abandonar el hábito tabáquico, el riesgo de sufrir una accidente cerebro vascular es exactamente igual al que ostentan las personas que no han probado el tabaco en toda su vida.
Algo que se traduce en una reducción de un 70% de sufrir un infarto de corazón y una disminución de fallecer por muerte súbita cardiaca en un 50%. «Tres años después de haber abandonado el tabaco, el riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebro vascular del exfumador es el mismo que el de quien no haya fumado nunca», afirma el doctor Ulecia.
En la actualidad, según los estudios relacionados con el tabaco, se sabe que de las 4.000 sustancias químicas presentes en el humo de un cigarrillo, un total de 250 son dañinas para la salud. Ejemplos de dichas sustancias son: el cianuro de hidrógeno, el monóxido de carbono y el amoníaco. Estos componentes, intrínsecos en cualquier cigarrillo, se muestran como los principales protagonistas que pueden provocan cáncer al fumador. Y es que, dicho hábito puede causar cáncer de pulmón, de esófago, laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, páncreas, estómago y de cérvix, así como también leucemia mieloide aguda.
Además, fumar pude traer consigo padecer una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (bronquitis crónica y enfisema), fracturas de cadera y cataratas. Y quienes fuman presentan un riesgo más alto de padecer neumonía y otras infecciones de las vías respiratorias. Pero, si n duda, como apuntan desde el SAC, «los problemas cardiacos son los primeros síntomas que aparecen en un fumador». Los efectos del tabaco sobre el aparato cardiovascular son debidos, fundamentalmente, por una parte a la acción de la nicotina que desencadena la liberación de las catecolaminas (sustancias formadas por adrenalina y noradrenalina) «que producen un daño en la pared interna de las arterias, aumento del tono cardíaco espasmo y alteraciones en la coagulación de la sangre, entre otros síntomas», apunta el doctor Ulecia.
Por ello, desde el SAC definen el tabaquismo como el factor de riesgo cardiovascular modificable más importante y el que más contribuye a la mortalidad por cardiopatía isquémica, con una incidencia de sufrir una patología coronaria en los fumadores tres veces mayor que en el resto de la población. Según el doctor Ulecia, «sólo un 37% de los españoles consideran el tabaquismo como una factor de riesgo cardiovascular mientras que el grado de concienciación frente a otros factores se sitúa en el 60%, como es el caso de la hipertensión».
Desde la Sociedad Andaluza de Cardiología apuntan que es fundamental «concienciarse de los beneficios que conlleva el hábito tabáquico». Aunque apuntan que dejar esta costumbre es «realmente difícil», los cardiólogos explican que con los tratamientos que ofrece la sanidad pública es «bastante posible que se consiga dejar de fumar».
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