ivir | Abr 03 - 8:00 pm
Malos hábitos afectan fertilidad
Según la Asociación Colombiana de Fertilidad, las drogas, el alcohol y el cigarrillo son los causantes.Aunque esta tendencia es mayor en el género masculino, las mujeres también se han visto perjudicadas.
Cuatro de cada diez hombres en Colombia pueden estar padeciendo problemas de fertilidad. La sentencia es de la Asociación Colombiana de Fertilidad, que preside el doctor David Francisco Giraldo. Según él, esta problemática se explica hoy por un factor principal: el no cuidado de la salud integral, “nuestro jóvenes están empezando a consumir sustancias sicotrópicas, alcohol, cigarrillo, alucinógenos, desde muy temprana edad, y eso afecta directamente el desarrollo normal de su eje hormonal, su formación testicular”.
¿Cuál es la relación directa entre el consumo de estas sustancias y la infertilidad? “La agresión al cuerpo con la nicotina o el alcohol afecta el proceso de desarrollo y maduración de los espermatozoides. Cuando ya los hombres quieren formar una familia y tener sus hijos pasados los 25 ó 30 años, están presentando malformación, mala movilidad y disminución en la capacidad de fecundar los óvulos”.
El doctor Giraldo aclara que, aunque en menor medida, esta tendencia se está viendo también en las jóvenes: consumo desenfrenado de licor, cigarrillo y drogas que luego influye en la formación de los óvulos. En el caso de ellas hay un factor más que se de be sumar a la lista de problemas de fertilidad: la toma de anticonceptivos orales desde la adolescencia.
Así lo explica Giraldo: “Hay niñas que empiezan a utilizar este método de planificación desde los 12 años, y lo hacen sin interrupción durante 10 ó 15 años. Lo que hacen es bloquear de forma continúa la ovulación y por más que se diga en ginecología que esto no tiene incidencia en la fertilidad, el bloqueo continuo sí es un factor muy importante. El 40% de los problemas de fertilidad de la mujer actualmente están relacionados con este factor”.
Explica que hoy las mujeres entre 20 y 30 años, por su profesión, por su estilo de vida, por los cambios sociales, prefieren aplazar el rol de la maternidad y “cuando pasan a la siguiente etapa de la vida, entre los 30 y 40 años, y están pensando en la oportunidad de formar una familia, se encuentran con trastornos y problemas de fertilidad más graves y serios de lo que pensábamos”. Expresa, enfático, que los programas de educación sexual no deberían limitarse a recetar anticonceptivos, sino fomentar una pedagogía de fondo, a conciencia.
Habla con preocupación de otro fenómeno que recrudece el problema de la infertilidad: quienes empiezan a padecerla están acudiendo a médicos generales o ginecólogos que, en sus palabras, no les proporcionan tratamientos especializados. “Eso nos preocupa, porque cuando llegan a los centros de fertilidad ya han transcurrido uno o dos años con estos métodos, y aunque no son conscientes, han dejado transcurrir un tiempo bastante vital”.
¿Cuáles son los tratamientos adecuados? “Primero, prevención: llevar unos hábitos sanos. Segundo, la destoxificación: extraer del cuerpo esos factores tóxicos y agresivos. Y como última instancia están los tratamientos de fertilidad: inseminación, control de vidas fértiles y, en casos severos, la fecundación in vitro”.
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