Un total de 7,4 millones de muertes prematuras por tabaco se evitarán en 41 países hasta 2050 gracias a las medidas de control adoptadas entre 2007 y 2010, entre ellas, el incremento de los impuestos, decisión que por sí sola salvará la mitad de esas vidas.
Así lo revela hoy el primer estudio sobre los efectos concretos de las medidas antitabaco en la tasa de mortalidad atribuida a esta adicción desde la entrada en vigor del Convenio Marco para el Control del Tabaco en 2005.
Según el estudio, una subida del 75 % en los impuestos al tabaco evitaría casi la mitad de las 7,5 millones de muertes prematuras por el tabaquismo, es decir, más de 3,5 millones.
Una evidencia que, por otro lado, la industria tabacalera intenta negar al sostener que los ajustes impositivos no tiene relación directa con una disminución del consumo y afirmar que sólo incentivan el tráfico ilegal.
Sin embargo, los investigadores han establecido que una subida de los impuestos al tabaco que supongan un incremento del 10 % de su precio real conlleva a reducir entre el 4 y el 8 % el número de consumidores, según un artículo científico publicado hoy en el boletín de la Organización (OMS).
"Subir los impuesto al tabaco beneficia a la gente y a las arcas del Estado, y sólo perjudica a las tabaqueras. De allí sus constantes engaños sobre el tema", dijo a EFE el experto de la OMS en esta área, Armando Peruga.
Para llegar a estas conclusiones, el estudio se basó, entre otros factores, en que uno de cada dos fumadores fallece prematuramente por alguna enfermedad relacionada con el consumo directo o indirecto de tabaco.
Bajo esa lógica, se calculó que en los 41 países que han adoptado una o más medidas antitabaco se podrán evitar la mitad de las 14,8 millones de muertes previstas, es decir, 7,4 millones.
Entre las medidas más efectivas -además de aumentar los impuestos al tabaco- están declarar todos los espacios de públicos y de trabajo completamente libres de humo, las ayudas a los fumadores para que abandonen su adicción y las advertencias sanitarias gráficas en los paquetes de cigarrillos.
Se considera igualmente entre las mejores disposiciones la que prohíbe completamente la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
Peruga destacó la buena situación de América Latina ya que la proporción de la población protegida por al menos una de las cinco medidas en 2007 era de un 42 %, mientras que en 2012 fue de un 94 %.
"Lo ideal es que se apliquen las cinco medidas, así que queda mucho por hacer, pero estas cifras muestran que estamos en el buen camino", enfatizó.
En cuanto a España, Peruga consideró que la situación de control del tabaco "también es buena", pero que "la preocupación ahora es hacer frente a los pocos que quieren volver a permitir fumar en locales cerrados, sobre todo en casinos".
"Un retroceso en esta área es completamente inaceptable", sentenció.
El consumo de productos de tabaco es la principal causa evitable de defunción en el mundo y actualmente provoca la muerte de uno de cada diez adultos en el mundo.
Seis millones de personas -el 10 % de ellas fumadores pasivos- mueren anualmente por el tabaquismo.
El Convenio Marco para el Control del Tabaco representó una respuesta a la epidemia de tabaquismo y, desde su entrada en vigor en 2005, 175 países se han incorporado a él.
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