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miércoles, 21 de agosto de 2013

periodicosantapola.es - 20 de agosto de 2013 - España

Colillas por refrescos: cuando limpiar tiene su premio inmediato 
Te cambiamos un vaso lleno de colillas por un refresco”. Este es el lema que la Concejalía de Playas, a través de la Agencia de Desarrollo Local y en colaboración con Urbaser, está llevando a cabo por segundo año consecutivo a través de una campaña de sensibilización ambiental durante todos los lunes y martes del mes de agosto en los chiringuitos de las playas. Participan en esta iniciativa los chiringuitos Embarcadero de Lucía en la playa de la Ermita, el Azul y Gold Beach en el Bancal de L’Arena, Titanic en la Cala III de Santiago Bernabéu, Poseidón y Peña Grande en playa de Levante y Cala I de Santiago Bernabéu, y quioscos Tamarit I y II en la playa del Tamarit, con el fin de sensibilizar y concienciar sobre la contaminación que provocan las colillas de los cigarrillos en nuestras playas. La Concejala de Playas, Loreto Serrano, manifiesta su satisfacción, tanto por la buena acogida por parte de los usuarios de las playas como por los buenos resultados que se han obtenido durante los dos primeros días, 5 y 6 de agosto. Se han contado, en tan sólo dos jornadas, un total de 4.413 colillas, lo que demuestra la falta de concienciación y de buenas prácticas ambientales por parte de muchos usuarios fumadores. La campaña se está realizando a pie de playa a través de la información ofrecida por parte del Servicio de Calidad de Playas (ADL) y del Servicio de Limpieza (Urbaser), en la que se ofrecen unos guantes para la recogida de colillas y un vaso, y como regalo el chiringuito cambia el vaso de colillas por un refresco. Hasta ahora la campaña ha tenido muy buena acogida en general, destacando los niños y los extranjeros que han demostrado ser los más ecologistas. Hay gente que considera que tirar una colilla en la arena no perjudica la salud ambiental de la playa. Un sólo filtro de cigarrillo es suficiente para contaminar tres litros de agua de mar, ya que los filtros están diseñados para absorber el alquitrán y productos químicos como el cadmio, el plomo y el arsénico y, cuando entran en contacto con el agua, estas sustancias tóxicas se disuelven en ella. Tardan entre 5 y 20 años en desaparecer de manera natural, además las colillas son fácilmente confundibles como alimento por diversas especies marinas. Por ello, a la pregunta de “¿qué podemos encontrar en una playa santapolera?”, quieren cambiar la contestación a “arena, agua, salud y bienestar para todos”.

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