El Instituto Nacional de Consumidores de Francia asegura que estos dispositivos no son tan inofensivos como dicen sus fabricantes
WASHINGTON (dpa)
Las organizaciones antitabaco estadounidenses observan con preocupación el “boom” del cigarrillo electrónico en EEUU, ante el temor de que los fumadores depositen demasiada fe en él como una alternativa sana al tabaco tradicional.
Estos cigarrillos funcionan con batería y están diseñados para simular la sensación que produce el fumar, aunque en lugar de tabaco, sus cartuchos contienen sustancias químicas y entre ellas nicotina. El dispositivo calienta esta solución líquida, que se convierte en el vapor que inhala el fumador.
Los “e-cigarettes”, como se los conoce en Estados Unidos, nacieron en China hace 10 años y están haciendo furor en el mercado norteamericano. Se espera que este año las ventas de cigarrillos electrónicos alcancen los mil millones de dólares, un aumento de más del 50% frente a los 600 millones de dólares en ventas el año pasado, según el banco Wells Fargo.
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