Chicago.- “Mañana lo dejo” es la frase que repite una persona cuando no puede parar de fumar. La adicción a la nicotina llevó a Óscar Guzmán a consumir hasta una cajetilla diaria de cigarrillos. Guzmán recuerda que su primer cigarrillo lo fumó a la edad de 10 años en su natal Durango, México.
“En mi pueblo nadie me decía nada y vi crecer a mi padre fumando, aunque después de años dejó de hacerlo”, dijo el hombre de 47 años.
Guzmán intentó dejar el cigarrillo a través de los parches de nicotina, los chicles de nicotina y hasta con los cigarrillos electrónicos, tanto en México como estando ya en Estados Unidos. Pero al final la nicotina le ganaba la batalla.
“Mañana lo dejo”, “mejor fumo bien el fin de semana mi caja de cigarrillos y el lunes lo dejo”, se repetía Guzmán; pero por más que quería, no lo lograba.
Finalmente este residente de Pilsen decidió recurrir a la acupuntura y le funcionó. Al comienzo su familia no le creía, relató; pero después vieron el cambio.
Después de 37 años de lucha, hoy lleva casi dos años de no llevarse un cigarrillo a la boca.
Unos de los motivos por los cuales este trabajador de la construcción dejó de fumar fue que empezó a sentir malestares en su organismo. “Sentía que me roncaba el pecho, me ahogaba como si tuviera asma”, dijo.
LOS JÓVENES Y LOS MENTOLADOS
Pero así como Guzmán empezó a fumar desde los 10 años, hay estudiantes en Chicago que van por el mismo camino.
La Raza visitó las afueras de la secundaria Lake View High School y conversó con algunos estudiantes que estaban fumando cigarrillos. Sus nombres se mantienen en reserva por ser menores de edad.
Estos jóvenes de 15, 16 y 17 años opinaron que muchas veces fuman cigarrillos mentolados porque “eso nos hace sentirnos ‘cool’, sentirnos mayores”.
Y dijeron que prefieren los cigarrillos mentolados “porque son menos fuertes que los regulares y porque no nos deja mal aliento en la boca”.
Para el Dr. Steven Rothschild, miembro del Consejo de Salud del Chicago Department of Public Health (CDPH), el cigarrillo mentolado no es menos dañino que el regular.
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