Baja el consumo de cigarrillos en los adolescentes y más en mujeres
POR VALERIA ROMÁN
Desde 2007, se redujo en el país el 15% entre los 13 y 15 años. Dicen que es por un cambio cultural. Pero advierten que con mayor prevención se podría mejorar más rápido.
15/10/12
De a poco, fumar cigarrillos deja de ser sinónimo de “hacerse grande” para los adolescentes en la Argentina. El consumo de tabaco entre los que tienen entre 13 y 15 años se redujo el 15 por ciento durante los últimos cinco años, según encuestas realizadas por el Ministerio de Salud de la Nación y la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).
En 2007, el 22 por ciento de los adolescentes fumaba. Mientras que el año pasado el consumo de cigarrillos bajó al 18,7 por ciento. El nivel de consumo se redujo más en las mujeres que en los varones. En el caso de ellas, el consumo descendió el 19%. En cambio, el consumo en varones sólo bajó el 9%.
Para explicar las razones de esa disminución del consumo en adolescentes, los investigadores médicos en control del tabaco esbozan algunas hipótesis y sugieren mirar al pasado. “Los efectos del tabaco sobre la salud son más conocidos hoy por la sociedad, y los adolescentes no están ajenos a la agenda pública. Hay más educación, más sensibilización, y la creación de los ambientes totalmente libres de humo de tabaco en espacios públicos y cerrados están haciendo que los adolescentes también perciban que el fumar no es natural sino que se trata de un comportamiento que no es favorable para su salud”, afirmó Marita Pizarro, coordinadora nacional de la coalición Alianza Libre de Humo Argentina (Aliar). También la exposición a la publicidad se fue reduciendo de manera progresiva en los medios de comunicación, aunque no completamente en todo el país, porque falta que el Gobierno reglamente la ley nacional de tabaco sancionada por el Congreso en junio del año pasado.
Para el investigador en enfermedades crónicas no transmisibles del Cedes y el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, Raúl Mejía, “el descenso en el consumo está ocurriendo efectivamente: dejan de ver el fumar como algo normal”. Pero destacó que “todavía la Argentina no tomó la medida más efectiva para reducir el consumo en los adolescentes que es el aumento de los precios del tabaco”. ¿Por qué sería más efectiva? “Porque se sabe a través de diferentes estudios científicos que los adolescentes y los sectores adultos de bajos recursos reducen el consumo de cigarrillos cuando los precios se les vuelven inalcanzables”. Mejía agregó que son los adolescentes de sectores más carenciados los que más fuman: “Los sectores de clases medias y altas tienden a cuidarse más en salud y a abandonar el cigarrillo”.
Que los adolescentes caigan en el consumo de tabaco también obedece a varias causas. Menos adultos fuman y la mitad de los que fuman se mueren a largo plazo. Por lo cual, “las compañías tabacaleras buscan a los jóvenes para que reemplacen a esos fumadores”, según subrayó en marzo pasado un informe de la Cirujana General de los Estados Unidos (líder de salud de más alto rango de ese país), Regina Benjamin. También los adolescentes están más dispuestos a tomar riesgos, hasta con su salud. Suelen pensar que nada les hará daño, y pasan por alto que cuanto más temprano fumen, mayor probabilidad habrá de que se hagan adictos a la nicotina.
En otros países, la reducción en el consumo también se da. Y en algunos –como Uruguay– el descenso se produce más rápido porque se han tomado medidas que desalientan fumar desde más temprano. En septiembre, la revista médica The Lancet publicó un estudio comparativo del consumo de tabaco en Argentina y Uruguay, el país vecino que ratificó el convenio marco para el control del tabaco de la Organización Mundial de la Salud en 2004 y lo puso en práctica a través de diferentes medidas (nuestro país –en cambio– no lo ratificó aún). El estudio, realizado por médicos, economistas y estadísticos uruguayos y un profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), reveló que la prevalencia del consumo en los alumnos uruguayos de 13, 15 y 17 años de edad bajó 8% anualmente, durante 2003 y 2009, en comparación con una disminución anual de 2,5% en alumnos argentinos, durante entre 2001 y 2009.
“La Argentina quedó retrasada, y eso se registra al observar que el impacto de las medidas no ha sido tan contundente como en el país vecino. Aquí hay normas provinciales y municipales desde 2006, y menos publicidades que han favorecido el cambio, pero la reglamentación de la ley nacional es necesaria”, sostuvo Pizarro. En tanto, Enrique Berner, del programa de adolescencia del Ministerio de Salud porteño, resaltó el rol de los padres: “Es mejor hablar con los hijos desde que son chiquitos. Darles el ejemplo al llevar también una vida saludable. Hay que dialogar para que los mismos chicos sepan cuándo decir no”.
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