A pesar de que una ley provincial lo prohíbe, el 41 por ciento de los trabajadores continúan expuestos al humo de tabaco ajeno y más del 61 por ciento padecen lo mismo en lugares públicos cerrados, según una encuesta realizada por la prestigiosa Fundación Interamericana del Corazón-Argentina (FIC) y divulgada en el marco del Día Internacional del Aire Puro, que se celebra hoy.
Así, los trabajadores continúan expuestos al humo de tabaco ajeno, lo que implica desarrollar sus tareas en un ambiente contaminado por más de 7 mil sustancias químicas, donde al menos 69 de ellas son cancerígenas, como el benceno o el arsénico.
Cada año mueren unos 600 mil fumadores pasivos, según la Organización Mundial de la Salud. El humo de tabaco ajeno, además, aumenta hasta un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular y un 25% el riesgo de padecer cáncer de pulmón, entre otros daños que provoca a la salud.
Las tabacaleras negaron estos perjuicios durante décadas, pese a que conocían los daños desde mediados del siglo XX. En la región, diseñaron el "Proyecto Latino", que consistió en pagarles a médicos y científicos prestigiosos para que ayuden a frenar las leyes de ambientes libres de humo.
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