Los peligros del cigarrillo electrónico son altos
Los médicos aseguran que estos dispositivos serían potencialmente cancerígenos.
Los cigarrillos electrónicos no son tan beneficiosos como se cree y se publicitan. Cada día más gobiernos (Dinamarca, Brasil y Japón han prohibido su venta) les están poniendo restricciones severas y advierten que no son la gran fórmula para dejar fumar.
Estos dispositivos, que simulan al cigarrillo y tienen sustancias como la nicotina, el glicol de propileno y esencias saborizantes, no son vistos con buenos ojos por los médicos, quienes advierten que son perjudiciales a corto y largo plazo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), de EE. UU., consideran que el también llamado ‘e-cigarrillo’ no es una herramienta para dejar este vicio. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica aseguró hace pocas semanas, por su parte, que puede causar cambios en los pulmones a corto plazo, parecidos a los provocados por los cigarrillos normales, lo que potencialmente lo haría cancerígeno. Advirtió que aumenta la resistencia de la vía aérea y disminuye su poder conductor del aire.
“Si productos como los parches de nicotina están regulados para la compra en farmacias, los cigarrillos electrónicos, que liberan nicotina, tendrían que estarlo también”, afirma la neumóloga Natalia Londoño, presidenta de la Asociación Colombiana de Medicina Interna. Londoño advierte que, pese a que muchos no emiten humo, estos aparatos sí contienen, en menores cantidades, nicotina, etilenglicol, algunos metales pesados y el alquitrán, químicos que se pueden encontrar en los cigarrillos convencionales.
Pese a que los defensores del producto electrónico aseguran que no existe evidencia científica conclusiva sobre los daños que puede causar a la salud, tampoco se puede pasar por alto estudios que advierten sobre su peligro.
En el 2009, la FDA publicó un estudio en el que evidenciaba que contenía ingredientes cancerígenos como las nitrosaminas y otros químicos perjudiciales para la salud, entre ellos el etilenglicol, utilizado como anticongelante para carros.
Otro estudio, realizado por investigadores del Instituto Nacional de Consumo de Francia, analizó 12 marcas y modelos diferentes de cigarrillos electrónicos y determinó que contienen agentes cancerígenos como el formaldehído.
A juicio de expertos como Rodrigo Córdoba, presidente de la Asociación Latinoamericana de Psiquiatría, los cigarrillos electrónicos podrían perpetuar el hábito.
“Dejar el tabaco es un asunto de conducta, por lo que se debe tratar en ese contexto y a través de un programa de rehabilitación. Ningún fármaco específico cambia conductas a largo plazo”, asegura.
Tal vez por eso colombianos como Juan Martín Gutiérrez, que fumó por 40 años y buscó en la última etapa de su adicción un cigarrillo electrónico para dejar el hábito, califican su experiencia como negativa.
“No logré dejar de fumar al día tres paquetes diarios. Utilicé dos tipos de tecnología diferente de estos dispositivos, sin resultado. Dejé de fumar por otras vías”, recordó Gutiérrez.
Más normas contra el tabaco
Hace poco, la Unión Europea decidió regular los productos relacionados con el tabaco. Los que contengan nicotina no podrán exceder los 30 mg/l y tendrán que incluir advertencias sanitarias
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