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martes, 7 de junio de 2011

La Razón de Argentina, 7 de junio de 2011

Editorial

Peligros del tabaco

La aspiración de tabaco es una de las causas de muerte prevenible más frecuente

La Razón

El martes pasado, para celebrar el Día mundial sin tabaco, el Ministerio de Salud anunció la incorporación de crudas fotografías sobre sus efectos en las cajetillas de cigarrillos, con el propósito de desincentivar su consumo. Se trata de una buena noticia, pues, hasta hora, los esfuerzos para reducir esta nociva costumbre han resultado insuficientes.

En efecto, se calcula que en el país más de dos millones de bolivianos fuman y que diariamente 35 mueren por causas relacionadas con el tabaco. En el mundo, según datos de la Organización Mundial de Salud, este mal provoca cada año el descenso de seis millones de personas, y el 10% corresponde a fumadores pasivos; es decir, que 600 mil hombres y mujeres atraviesan una terrible agonía sencillamente por convivir o trabajar en compañía de un fumador. Porcentaje alarmante si se analiza el proceso detrás de estas muertes.

Si bien su impacto varía de acuerdo con la intensidad y la frecuencia de su consumo, las consecuencias del tabaco se presentan desde el primer cigarrillo. La nicotina, poco después de ser aspirada, alcanza el cerebro y el monóxido de carbono empieza a interrumpir el flujo normal de los glóbulos rojos y, por ende, del oxígeno. Al mismo tiempo, los pulmones se llenan con cientos de sustancias tóxicas, que son transportadas y expandidas por el sistema circulatorio a todos los órganos del cuerpo en reemplazo del oxígeno. De allí el deterioro general que presenta un fumador recurrente.

Estas sustancias contienen elementos cancerígenos que dañan la estructura genética de las células, desatando la aparición y expansión de múltiples tumores; de allí que las estadísticas lo identifican como la principal causa de cáncer de pulmón, y lo asocian con otras variaciones. Por otra parte, las enfermedades respiratorias (bronquitis, enfisema...) inciden en mayor proporción y con más fuerza entre los fumadores, pues, a largo plazo, el tabaco erosiona los sistemas bronco pulmonar y cardiovascular. ¿Y qué pasa con el medio ambiente? Un estudio divulgado por el diario Médico Británico (BMJ) concluye que las colillas (que retienen parcialmente las sustancias tóxicas) son la forma más extendida de basura medioambiental en el mundo; dato que no sorprende si se toman en cuenta los cerca de 5,6 mil millones de cigarros que se fuman anualmente.

El efecto adictivo de la nicotina permite entender, parcialmente, que millones de personas sigan fumando a pesar de sus nocivas repercusiones, y que todo fumador siente y sabe que existen. Empero, ninguno de sus elementos explica por qué las autoridades sanitarias no son más restrictivas con el consumo del tabaco, sabiendo que es una de las causas de muerte prevenible más frecuente en el país, y que ejerce un terrible impacto en la salud y en los bolsillos de la población, independientemente de su edad, sexo o condición social.

Tomado de:

http://www.la-razon.com/version.php?ArticleId=131679&EditionId=2552

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