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miércoles, 7 de mayo de 2014

elconfidencial.com – 4 de mayo de 2014 – España

¿Fumarías tabaco de marca blanca?

Fumar es un hábito cada vez más complicado. Además del riesgo mortal que representa para la salud, la evolución restrictiva de la legislación que enmarca a esta actividad económica, en aras siempre de desincentivar su consumo y al mismo tiempo de recaudar más impuestos con su actividad económica, puede llegar a extremos insospechados. El pasado mes de febrero, la Unión Europea aprobó la nueva directiva de productos del tabaco, una nueva vuelta de tuerca regulatoria que obligará, entre otros aspectos, a aumentar el tamaño de las advertencias sobre los riesgos de fumar, hasta cubrir el 65% de la superficie frontal y posterior de los paquetes, en lugar del 40% actual.

Este punto ha revolucionado al conjunto de la industria tabaquera. Aunque los fabricantes niegan que haya evidencia científica que justifique esta medida para alcanzar el objetivo sanitario que se persigue, la adaptación comercial de las cajetillas o paquetes para incluir la advertencia puede suponer un punto de inflexión a la hora de comercializar las marcas. Hasta tal punto, como señala Juan Páramo, responsable de la Mesa del Tabaco, que puede darse una percepción del tabaco como nuevo producto de marca blanca, ante la dificultad para que el consumidor identifique los productos de cada fabricante tras el espacio cedido a los mensaje tipo “Fumar Mata”.

Ninguna voz oficial de la industria del tabaco pone en cuestión los riesgos para la salud que entraña su producto. Ese debate no ha lugar. Los argumentos empleados para defender los intereses de esta industria suelen recurrir por lo general a aspectos de tipo socioeconómico, como pueden ser los puestos de trabajo que genera su actividad (56.000 empleos en España) o la contribución a las arcas públicas (9.000 millones de euros al año) gracias al gravamen especial que soportan. El mismo baremo, el de los números, por el que se atreven a vaticinar las consecuencias negativas que puede entrañar la irrupción de la marca blanca al mundo del tabaco.

Mientras cada estado se enfrenta a singularidades propias de su mercado, la nueva directiva comunitaria se ha centrado en mejorar el funcionamiento del mercado interior, garantizar la salud pública y reducir el inicio del consumo de tabaco entre los menores, dejando de lado una armonización fiscal. El empeño del recién aprobado marco legal incluye medidas como la eliminación del mentolado y la diferenciación por sabores. En teoría, se pretende que haya más información sobre la composición de tabaco y menos compuestos aditivos, entendiendo que de esa manera se reducen ganchos comerciales que eliminan percepciones del riesgo a los consumidores.

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