Prohibir el tabaco reduce el asma en los niños
Drástico descenso de los casos graves gracias a la ley antitabaco en Escocia
El número de niños hospitalizados por crisis de asma cayó en picado en Escocia a partir del momento en que entró en vigor la ley que prohíbe fumar en espacios públicos cerrados, según una investigación que se presenta hoy en la revista The New England Journal of Medicine.
Los niños son más sensibles que los adultos al humo de tabaco y tienen menos posibilidades de alejarse del humo si alguien fuma junto a ellos", ha declarado en un correo electrónico Jill Pell, epidemióloga de la Universidad de Glasgow y directora de la investigación. Pell defiende que se prohíba fumaren vehículos en los que viajan niños, en parques infantiles al aire libre y en todos los espacios públicos cerrados tal como prevé el nuevo proyecto de ley sobre eltabaco anunciado la semana pasada por el País Vasco y tal como defienden la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, y la consellera de Salut, Marina Geli.
Estudios anteriores habían observado que las enfermedades respiratorias y cardiacas se han reducido en la población general, sobre todo entre los trabajadores de la hostelería, en países en los que se ha prohibido fumar en bares y restaurantes. El estudio escocés es el primero que analiza los efectos sobre la salud de los niños de una ley que prohíbe fumar en espacios públicos.
Los resultados demuestran que, hasta que entró en vigor la ley en marzo del 2006, el número de niños hospitalizados por asma en Escocia había estado aumentando a un ritmo del 5,2% anual, siguiendo una tendencia al alza observada en otros países occidentales. Pero a partir del momento en que se empezó a aplicar la nueva normativa, las hospitalizaciones empezaron a caer un 18,2% anual, lo cual no se ha observado en ningún otro país.
Tres años después, el descenso acumulado ya superaba el 45%. Es decir, por cada cien crisis de asma en niños que habían requerido hospitalización en el invierno del 2006, ya sólo se registraron 55 en el invierno del 2009.
¿Se podría haber logrado esta reducción sin la normativa que prohíbe fumar en espacios cerrados? "La experiencia demuestra que, cuando se regula dónde se puede fumar y dónde no se puede, y cuando la normativa se cumple, se registra un beneficio importante sobre la salud de la población", afirma Joan-Ramon Villalbí, epidemiólogo de la Agència de Salut Pública de Barcelona y presidente del Consell Assessor de Tabaquisme de la Generalitat. Además, añade Villalbí: "Hemos visto en varios estudios que muchos fumadores agradecen las normativas que les ayudan a fumar menos. Aunque estas regulaciones son rechazadas por algunos sectores antes de entrar en vigor, después tienen un grado de aceptación muy elevado".
En el caso de Escocia, la normativa que se aplica desde el 2006 prohíbe fumar en espacios públicos cerrados como bares, restaurantes, recintos deportivos o centros comerciales. Un 25% de la población adulta del país fuma –un porcentaje parecido al de España– y un 40% de los niños vive con una persona fumadora.
Según recuerda la investigadora Jill Pell, los niños son especialmente vulnerables al humo ambiental del tabaco debido a que tienen una frecuencia respiratoria más alta que los adultos y a que su cuerpo es más pequeño. Esto provoca que, cuando se encuentran en un lugar en el que se fuma o se ha fumado, acaben teniendo una concentración más alta de cotinina y otros supbroductos del tabaco en la sangre. Así, los niños de entre 3 y 11 años tienen un nivel de cotinina de más del doble que los adultos, según datos del Centro de Control de Enfermedades de EE.UU.
Para precisar qué efecto ha tenido la ley en la población infantil, los investigadores de la Universidad de Glasgow han analizado todos los ingresos hospitalarios por asma de menores de 15 años registrados en Escocia entre enero del 2000 y octubre del 2009. Los resultados muestran que el descenso de crisis graves de asma afecta por igual a todas las franjas de edad, a todas las clases sociales, a entornos urbanos y entornos rurales y a chicos y chicas. El efecto se ha notado en todos los lugares en que se ha aplicado la ley, destacan los investigadores.
Dado que los datos analizados se limitan a registros hospitalarios, el estudio no aclara si sólo se han reducido las crisis graves de asma o también las crisis que se resuelven sin necesidad de ir al hospital. Tampoco aclara si se ha reducido la aparición de nuevos casos de asma. Pero "el humo de tabaco es tanto una causa directa de asma como un agravante de casos ya existentes", afirma Pell. Por lo tanto, si la ley ha reducido la exposición de los niños al humo de tabaco, es probable que se hayan reducido tanto las crisis de asma en conjunto como los nuevos diagnósticos.
El gran descenso de casos graves de asma registrados en Escocia no se explica sólo por que se haya prohibido fumar en espacios públicos cerrados. Hay además un efecto indirecto de la ley que ha llevado a que la población esté más concienciada sobre los perjuicios del humo ambiental y a que se fume menos en el interior de las casas.
Es un efecto importante, destaca Jill Pell, porque "antes de que entrara en vigor la ley había la preocupación de si llevaría a un mayor consumo de tabaco en los hogares". Pero ha ocurrido lo contrario: el consumo se ha reducido también en las casas.
Para los niños, este ha sido posiblemente el beneficio más importante de la ley, ya que casas y coches son los dos lugares en que están más expuestos al humo de tabaco. En las casas, además, la exposición a los contaminantes del tabaco no se limita a los minutos en que se consumen cigarrillos, sino que se prolongan a las horas y los días siguientes, ya que algunos de los residuos tóxicos del tabaco tienen una gran capacidad de adherirse a cortinas, mantas y sofás.
"Cuando uno entra en una habitación y huele a tabaco, significa que aún hay residuos que están allí aunque no se haya fumado desde hace horas o desde hace días", explica Villalbí. "Incluso después de ventilar las habitaciones , pueden seguir oliendo a tabaco. Algunas de estas moléculas son altamente tóxicas". Y los niños pequeños, advierte un documento de la clínica Mayo publicado el año pasado, "son especialmente sensibles porque respiran, gatean y juegan sobre superficies contaminadas".
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