Rechazo mayoritario al tabaco
Notable respaldo de los lectores a la propuesta de ampliar la restricción a todos los lugares públicos, pero son muchas las voces críticas con la idea de endurecer la ley antitabaco
El debate echa humo, y nunca mejor dicho. Tras el anuncio de Trinidad Jiménez de que el Ministerio de Sanidad se plantea por primera vez la ampliación de la Ley Antitabaco paraprohibir fumar en todos los lugares públicos, incluidos los bares y lugares de ocio, la discusión está servida en bandeja. Aunque la Ley está en "fase de evaluación", para ver cuál es el grado de éxito en su aplicación, la titular de Sanidad aseguró que lo siguiente seráampliar las áreas libres de humo, lo cual ha provocado reacciones airadas de aquellos que son fumadores y rechazan la medida.
PALABRAS CLAVE
Ley Antitabaco, Trinidad Jiménez,Grecia, Italia, Francia, Irlanda,Alemania, Castellón, Inglaterra, La Vanguardia, Estado, UE, Londres
Las opiniones de los lectores quedan claramente divididas entre aquellos que apoyan que se libere de humo a los establecimientos públicos y la parte que se considera afectada de prosperar la ampliación y prohibirse fumar en bares, restaurantes y áreas de espacio público. A favor del tabaco o en contra, no hay término medio, aunque si que hay quien destila ciertas dosis de ironía: "Nadie debería respirar el humo que otros generan para su propio placer, al menos se deberia empezar por los casos mas extremos, como esos que por darse el gusto obligan a respirar ese humo tan dañino para la salud, demostrado mil veces lo peligroso y cancerigeno que es, incluso lo obligan a respirar a bebes ... naturalmente hablo de ese humo que sale del escape de muchos vehiculos en calles poco aireadas. Deberían seguir por ahí y si no que se dejen de hipocresías", comentaba "Arturo" desde Castellón. Es una forma de señalar hacia la hipocresía del Gobierno al anunciar esta medida, según entienden algunos.
¿Protección ciudadana o discriminación de los fumadores?
"Una vez que España ya puso en marcha su Ley y se aprobó la posibilidad de que determinados espacios públicos quedarán libres de humo -ha proseguido-, creo que en este momento estamos preparados para plantearnos si hubiera que ampliar los términos de aplicación de la misma". Fueron las palabras de Trinidad Jiménez, refiriéndose a la Ley del tabaco que se propone ampliar el Gobierno endureciendo la restricción que afecta a determinados lugares y establecimientos públicos. Según se desprende de las opiniones de los foristas en los espacios abiertos a la discusión de las noticias publicadas sobre el tema, y a pesar de la clara división de opiniones que suscita un debate de tal envergadura en un país con una arraigada tradición de bares, restaurantes, café copa y puro, los hay que lo tienen meridianamente claro: "Pienso que hay que prohibir fumar en todos los lugares públicos sin excepción. Creo que la propuesta de que haya unos establecimientos para fumadores y otros para no fumadores, es claramente discriminatoria para los no fumadores. Un fumador podrá entrar en cualquier establecimiento (le basta con no fumar donde esté prohibido), sin embargo, un no fumador no lo podrá hacer en uno de fumadores sin sufrir los inconvenientes que todos conocemos".
Sin embargo, son numerosas las críticas a las razones que esgrime la ministra de sanidad con la pretensión de justificar que se contemple endurecer la Ley Antitabaco vigente en la actualidad y que entró en vigor el 1 de enero de 2006, aunque algunos de los aspectos que recoge tardaron algunos meses más en entrar en vigor, no lo hicieron hasta septiembre. Al respecto, las razones que ha esgrimido la titular de Sanidad para ampliar los espacios sin humo son que el tabaquismo es "un problema de salud pública" y que, además, es preciso velar por "el buen funcionamiento y el uso racional de los servicios sanitarios".
Los defensores del tabaco en lugares públicos argumentan que ya se paga un impuesto sobre el tabaco que contribuye a engrosar de manera importante las arcas del Estado de lo cual se beneficia indudablemente la Sanidad pública, y razonan que si la venta de tabaco es legal y se grava el impuesto en beneficio del conjunto de los ciudadanos, no debería de privarse de tener la opción de escoger un lugar público donde se permita fumar, y la no existencia de bares, cafeterías o restaurantes donde se permita fumar sería una medida "injusta y discriminatoria".
Otras frase célebre que ha levantado ampollas entre la facción de fumadores es la frase espetada para sostener los razonamientos a favor de ampliar la restricción sobre el tabaco: "Las personas que fuman utilizan más los servicios sanitarios y consumen más fármacos, lo que aumenta los gastos sanitario y el farmacéutico".
Sumamente reveladora es la opinión que, a propósito de justificaciones varias, exponía la usuaria "Exfumadora": "Això de que els fumadors costen més diners a la sanitat pública, no és cert. Cap gobern es pot permetre prohibir el tabac o l´alchol. Els impostos que es recapten son per a tots, no només pels fumadors. Gràcies fumadors ,si de debò estiguesin interessats en que la gent deixés de fumar ho prohibirien. No ens ho podem permetre".
Contrastan las citadas opiniones con las de aquellos que rechazan frontalmente todo lo que huela a tabaco, dado que en la actual coyuntura se sienten directamente perjudicados: "Pues ya va siendo hora de que se decidan a hacerlo. No es justo que el 30% de la población obligue a tragar su humo al otro 70% si quiere ir a tomarse un pincho de tortilla. Dejémonos de tolerancias, yo con mi aversión al tabaco no le causo ninguna enfermedad al que fuma; como mucho le pongo de mala leche por no dejarle fumar", comentaba 'luigi' en el foro relacionado con la noticia.
Tabaco sí, tabaco no
La cuestión del tabaco es un asunto capital, una cuestión de país. Así lo entienden tanto los lectores que defienden que se endurezca la medida como aquellos que consideran su legítimo derecho a seguir fumando y disponer de lugares públicos (bares, restaurantes) donde se permita. A pesar de que son mayoría aquellos que apoyan la posibilidad de acabar con el humo del tabaco en lugares públicos, conviene subrayar opiniones reflexivas desde una perspectiva económica: "En Inglaterra hemos tenido una prohibición total de fumar hace dos años. La gente comenzó a abandonar las bares y clubs tan pronto como llegó la prohibición. Ahora, 52 bares están cerrando cada semana (…) La prohibición también ha tenido un efecto negativo en la cultura en mi país. Todos siempre se quedan en casa. Es deprimente. En España, todavía tenéis bares vivos. No los matéis".
La comparación con la situación que se da con respecto a otros países de la UE también han centrado el debate en los foros de LV.es. En Grecia, el pasado 1 de julio entró en vigor una nueva ley antitabaco más restrictiva. "La ley del tabaco prohibe a las empresas tener un espacio para fumar, que es lo que querian los propietarios, y no se permitió. ¿Por qué los bares deben regirse por lo que quiera el propietario? En Italia se prohibió totalmente y és lo más parecido a nosotros".
Los lectores de La Vanguardia.es no se ponen de acuerdo al referirse a la posibilidad de endurecer la Ley antitabaco: "La prohibición de fumar en los espacios públicos (bares y clubs nocturnos incluidos) está vigente en Inglaterra, Irlanda, Italia, Francia, Alemania, Belgica..."Spain is diferent", aseguraba el usuario "Andreu", desde Londres. Un punto de vista compartido, en cierta medida, por aquellos que defienden la permisividad del tabaco en determinados lugares públicos, sosteniendo –aunque en minoría – que sería más justo para todos que hubiera locales destinados a acoger exclusivamente a fumadores y a no fumadores, respetando los derechos de todos. A fin de cuentas, la conclusión es que la salud es lo primero, pero la sobremesa también importa.
Como reza la frase popular: los derechos de unos terminan donde empiezan los de los demás, y viceversa.
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