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miércoles, 11 de febrero de 2009

El Tiempo. 11 de Febrero de 2009

Espacios sin humo del cigarrillo ganan aceptación
Ya sea que fumen o no, 9 de cada 10 personas están de acuerdo con las normas que prohíben su consumo en lugares públicos, según una encuesta realizada en seis ciudades colombianas.

Este es uno de los resultados de la encuesta llevada a cabo por Yanhaas para la Sociedad Colombiana de Cardiología entre 1.200 adultos, fumadores y no fumadores, de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Quibdó.

El propósito era conocer la percepción de la gente frente al consumo de cigarrillo y medir la aceptación de medidas que, como la resolución 1956 del 2008 (y que entró en plena vigencia en diciembre pasado), buscan crear espacios libres de humo.

Uno de los datos que sorprende es que de cada 100 encuestados solo 17 dijeron tener contacto directo con el cigarrillo, porque lo fuman esporádicamente o todos los días. El dato difiere de otros estudios según los cuales la sola prevalencia de consumo entre los jóvenes colombianos es cercana al 30 por ciento.
Del grupo de fumadores, solo el 4,3 por ciento rechaza lo propuesto por la resolución.

Valga decir que el 85 por ciento de todas las personas que participaron en la encuesta, que se hizo en coordinación con la organización Campaign for Tobacco Free Kids, manifestaron sentir molestias cuando se ven expuestas al humo de segunda mano.

Cuestión de derechos

Tanto los no fumadores (94 por ciento) como los fumadores (83 por ciento) coincidieron, durante el estudio, en que el humo ambiental es peligroso para quienes no consumen cigarrillo; en cuanto a los problemas de salud que causa, cinco de cada diez personas relacionaron el uso de tabaco con la posibilidad de padecer cáncer de pulmón, un 17 por ciento con una mayor incidencia de enfermedades pulmonares y un 15 por ciento con males respiratorios.

Lo curioso es que solo el 67 por ciento de la gente manifestó haber recibido algún tipo de información sobre los efectos nocivos del cigarrillo. Esta les llegó, principalmente, a través de los médicos, de programas o conferencias, de familiares o amigos, de los profesores (en colegios y universidades) y de los medios de comunicación.

Al preguntarse a los encuestados la razón por la cual son partidarios de los espacios libres de humo, el 95 por ciento argumentó que son más importantes los derechos de los no fumadores a respirar aire limpio y puro en sitios de trabajo y lugares públicos, incluidos los restaurantes y bares.

La resolución 1956 fue expedida a mediados del año pasado para dar cumplimiento a los postulados del Convenio Marco para el Control del Tabaco, ratificado por Colombia en diciembre del 2007.

Entre las medidas que propone este tratado están las relacionadas con la protección de los no fumadores, mediante la creación de espacios libres de humo de cigarrillo, pues cada vez es mayor la evidencia sobre los daños que causa a la salud el humo de segunda mano.

El estudio 'Las consecuencias para la salud de la exposición involuntaria al humo de cigarrillo', del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (2006), concluyó, tras un amplio análisis de toda la evidencia disponible sobre el tema, que no existe un nivel de exposición al humo de cigarrillo de segunda mano que sea seguro para los no fumadores.

El mismo informe encontró que este factor incrementa el riesgo de muerte súbita, de infecciones respiratorias y del oído y de asma severa en bebés y niños. En los adultos tiene efectos adversos inmediatos sobre los sistemas respiratorio y cardiovascular, además de elevar en ellos la probabilidad de sufrir enfermedades coronarias y cáncer de pulmón (de 10 casos de cáncer de pulmón, dos ocurren en no fumadores).

El riesgo es mayor para los no fumadores que tienen otras enfermedades, como la diabetes y el asma.

¿Qué gana usted cuando deja el cigarrillo?
A los 20 minutos: la presión arterial, el pulso y la frecuencia cardíaca disminuyen. La temperatura de los pies y de las manos se reduce.
A las 8 horas: el monóxido de carbono de la sangre desaparece y mejora la circulación de todo el organismo.
A las 24 horas: la posibilidad de infarto cardíaco empieza a reducirse.
A las 48 horas: los sentidos del olfato y del gusto comienzan a recuperarse.
Entre 1 y 3 meses: la circulación de la sangre mejora, caminar se hace más fácil y la función pulmonar puede mejorar hasta en un 25 por ciento.
A los 9 meses: a estas alturas la congestión de los senos paranasales, la asfixia y la tos han desparecido. La capacidad para hacer actividad física mejora notablemente en la persona.
Al año: el riesgo de infarto cardíaco es la mitad de la que tiene un fumador activo.
A los 5 años: la frecuencia de muerte por cáncer pulmonar se reduce en un 50 por ciento, lo mismo que la posibilidad de cáncer de boca, garganta y esófago.
A los 6 años: se reduce a la mitad la posibilidad de cáncer de vejiga.
A los 15 años: el riesgo de enfermedad cardiaca será igual al de un no fumador.
El bajo peso de los bebés de madres fumadoras desaparece totalmente (nacen normales si la mamá suspende el cigarrillo durante el embarazo).
Redacción SALUD
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