Más de 1,7 millones de niños y niñas trabajan en la industria del tabaco en la India
Diario Solidario.-Desde que se despierta hasta que se acuesta, Aliya de cinco años trabaja fabricando bidis, los tradicionales cigarrillos liados a mano de la India. Como ella, todas las niñas y mujeres de su comunidad confeccionan más de 1.000 bidis diarios en jornadas de 10 a 14 horas para conseguir dos euros pagados por los intermediarios. Los fabricantes de bidis, sin embargo, ganan miles de millones de euros.
Para cada bidi, se coloca el tabaco dentro de una hoja seca procedente de un árbol de ébano local, se enrolla fuertemente y se cierra con un hilo. Los cigarrillos son transportados a los depósitos de los grandes fabricantes, envasados y vendidos en el mercado por un precio mucho más alto. Los bidis son tan populares que suponen la mitad de los ingresos del mercado del tabaco en toda la India. En la ciudad de Kadiri, en Andhra Pradesh, donde vive Aliya, liar bidis es su único medio de supervivencia. Para la mayoría, si no enrollan bidis suficientes todos los días, no habrá comida en el plato. “La presión para conseguir la meta es tan fuerte que muchos se saltan las comidas y no van ni al baño” explica un voluntario de la comunidad Shanu.
Salma de 11 años es la más pequeña de cuatro hermanos. El año pasado abandonó la escuela cuando terminó 4º de primaria. “Yo quería seguir yendo a la escuela pero somos muy pobres y estamos luchando para pagar el alquiler”, dice ella en su lucha por poder respirar. Salma está sufriendo de ictericia y está tan débil que no puede sentarse recta. Sin embargo, ella se encarga de enrollar hasta 1.500 bidis al día para mantener a su familia. Sentada en el suelo y encogida, fabrica cigarrillos durante más de 12 horas todos los días y, aún así, sólo gana un poco más de dos euros. Además de la ictericia, Salma también ha desarrollado la infección de la tiña en la muñeca, debido a la falta de higiene y saneamiento. Necesita atención médica, pero visitar el hospital local significa un día de trabajo, debido a las largas colas y el salario de un día en el transporte. Sus padres no lo pueden pagar tampoco.
Niñas y mujeres trabajadoras
Casi todos los trabajadores del bidi en Kadiri son niñas y mujeres. Los hombres prefieren que hagan este tipo de trabajos que las mantiene en el hogar y así no tienen que mandarlas fuera. Recientes estudios estiman que más de 1,7 millones de niños y niñas trabajan en la industria de la India enrollando bidis. Los fabricantes prefieren que los hagan los niños y niñas ya que tienen los dedos más ágiles para liar cigarrillos. Sin embargo, la legislación india define la elaboración de bidis como un trabajo peligroso ya que implica graves consecuencias para la salud: la tuberculosis, el asma, dolores en el cuerpo y problemas de cadera y articulaciones relacionados con la postura son los más comunes. También enrollar bidis deja grandes cantidades de nicotina en la piel lo que hace que los dedos de los niños y niñas comiencen a adelgazar y además, pierdan sensibilidad en las manos.
Sin protección laboral
Pero lo peor para los trabajadores del bidi es la sensación de que nadie les protege, no tienen bienestar ni tampoco el apoyo del Estado. Ellos votan, pero no tienen poder ni una representación efectiva. A lo largo de su vida, sus derechos fundamentales son violados: matrimonios precoces y esclavitud laboral extrema. En verano las temperaturas alcanzan los 45º y las calles de Kadiri se envuelven en una nube sofocante de polvo de tabaco. Los niños juegan entre los montones de hojas de tabaco. Cubiertas de sudor, las niñas y niños lían bidis con los ojos fijos en su bandeja de tabaco. Las mujeres mayores ayudan a recortar las hojas de ébano. El trabajo continúa hasta altas horas de la noche sólo para conseguir la comida del día siguiente y mantener un techo bajo el que vivir.
“PLAN invierte en la sensibilización sobre los derechos de los niños y las niñas. También sobre los daños de poner a los niños a trabajar tan temprano. Nuestro objetivo es trabajar con las comunidades y los gobiernos locales para evitar que los niños caigan en este ciclo”, explica Concha López, directora general de PLAN en España..
Aisha tenía sólo 13 años cuando contrajo matrimonio. Ahora, a la edad de 16 años, está embarazada de 4 meses de su primer hijo. Era la tercera de cinco hermanos que se quedaron huérfanos cuando ella tenía diez años. La pobreza extrema, agravada por la muerte de su padre, significaba que tenía que abandonar la escuela después de que acabase educación primaria y casarse.
Ha estado enrollando bidis desde que vino a vivir con la familia de su marido después del matrimonio. Debido a los escasos ingresos de su marido, Aisha es la encargada de llevar el dinero al hogar. “No somos dueños de una casa y tenemos que pagar el alquiler. Si no pagamos, perdemos nuestro hogar”, explica Aisha.
Lejos de cuidar de sí misma y de su embarazo, Aisha pasa todo el día en cuclillas en el suelo enrollando hasta 2.000 bidis junto con las otras mujeres de la familia. “Siento fuertes dolores en el pecho y en los pulmones. También tengo de dolor de espalda “, añade.
Como parte de la campaña mundial “Por Ser Niña”, PLAN ha iniciado un programa enfocado en el trabajo de las niñas que fabrican bidis. El proyecto tendrá un impacto directo en la vida de 1.500 niñas en los próximos tres años.
PLAN, presente en la India desde 1979, trabaja en 11 estados del país y, en todo este tiempo, ha contribuido a mejorar la situación de más de un millón de niños y niñas.
Tomado de:
http://www.noticiasdemadrid.es/2012/06/mas-de-17-millones-de-ninos-y-ninas-trabajan-en-la-industria-del-tabaco-en-la-india/
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