El estudio, realizado en conjunto con los Centros para el Control de Enfermedades de E.U. muestra que la capital tiene una de las prevalencias más altas de consumo en jóvenes de 13 a 15 años de edad.
Diana Rivera, coordinadora del grupo de políticas del Instituto Nacional de Cancerología, explicó que la misma encuesta se está desarrollando en 147 países: "En ella participarán, en total, 158.172 escolares de entre 13 y 15 años de colegios públicos y privados.
En Colombia, además de Bogotá, se encuestó a estudiantes de Manizales, Cali, Bucaramanga y Valledupar. Los primeros datos consolidados son los de la capital", dijo Rivera.
La funcionaria aseguró que los resultados preocupan, porque indican que no ha habido reducción en indicadores tan importantes como la edad de inicio en el consumo de cigarrillo y la prevalencia de tabaquismo entre adolescentes.
Los resultados -consolidados a partir del análisis de 1.076 de las encuestas aplicadas durante el 2007 en 50 colegios de Bogotá- señalan que tres de cada diez estudiantes, de 13 a 15 años, son fumadores, y que el 14 por ciento de ellos empezó a consumir cigarrillo antes de los 10 años.
Al comparar los datos obtenidos con los de la misma encuesta del 2001, se encontró que, en promedio, los jóvenes bogotanos están empezando a fumar a los 12 años de edad.
El que estas cifras no hayan mejorado podría estar relacionado con factores como el fácil acceso al cigarrillo: según el estudio, el 58 por ciento de los jóvenes aseguran no tener problemas para comprar cigarrillos en tiendas.
Además, el 53 por ciento de los encuestados dijo haber estado expuesto al humo de cigarrillo en su casa, debido al consumo de uno de los padres: "Nos preocupa que esta cifra aumentara con respecto al 2001; en ese entonces este indicador era del 42 por ciento", dijo Rivera.
Siete de cada diez estudiantes dijeron también que estuvieron expuestos a diferentes formas de publicidad de cigarrillos, "por fortuna, el 35 por ciento de todos los encuestados aseguraron que en sus colegios se desarrollan actividades o campañas relacionadas con la prevención del tabaquismo", explicó Rivera.
Esa es una de las razones que explicaría el hecho de que el 68,5 por ciento de los escolares quieran dejar de fumar.
Soluciones serias e integrales
Al comparar estos datos con los que hasta ahora muestran distintas ciudades y países que han aplicado la misma encuesta, es evidente que los escolares bogotanos presentan una de las prevalencias más altas de consumo.
Héctor Zambrano, secretario de Salud de Bogotá, dijo que las cifras preocupan desde el plano de la salud pública, pero que la solución va más allá de lo sanitario: "El país debe entender que para controlar este problema se requieren acciones serias e integrales, que involucren aspectos que, al parecer, nadie quiere tocar, como el aumento de los impuestos al tabaco, la restricción total a la publicidad de cigarrillos y castigos severos para quienes les vendan a menores de edad. Lo demás son paños de agua tibia.
Ojalá los legisladores tengan en cuenta esta encuesta", dijo Zambrano.
En Colombia, además de Bogotá, se encuestó a estudiantes de Manizales, Cali, Bucaramanga y Valledupar. Los primeros datos consolidados son los de la capital", dijo Rivera.
La funcionaria aseguró que los resultados preocupan, porque indican que no ha habido reducción en indicadores tan importantes como la edad de inicio en el consumo de cigarrillo y la prevalencia de tabaquismo entre adolescentes.
Los resultados -consolidados a partir del análisis de 1.076 de las encuestas aplicadas durante el 2007 en 50 colegios de Bogotá- señalan que tres de cada diez estudiantes, de 13 a 15 años, son fumadores, y que el 14 por ciento de ellos empezó a consumir cigarrillo antes de los 10 años.
Al comparar los datos obtenidos con los de la misma encuesta del 2001, se encontró que, en promedio, los jóvenes bogotanos están empezando a fumar a los 12 años de edad.
El que estas cifras no hayan mejorado podría estar relacionado con factores como el fácil acceso al cigarrillo: según el estudio, el 58 por ciento de los jóvenes aseguran no tener problemas para comprar cigarrillos en tiendas.
Además, el 53 por ciento de los encuestados dijo haber estado expuesto al humo de cigarrillo en su casa, debido al consumo de uno de los padres: "Nos preocupa que esta cifra aumentara con respecto al 2001; en ese entonces este indicador era del 42 por ciento", dijo Rivera.
Siete de cada diez estudiantes dijeron también que estuvieron expuestos a diferentes formas de publicidad de cigarrillos, "por fortuna, el 35 por ciento de todos los encuestados aseguraron que en sus colegios se desarrollan actividades o campañas relacionadas con la prevención del tabaquismo", explicó Rivera.
Esa es una de las razones que explicaría el hecho de que el 68,5 por ciento de los escolares quieran dejar de fumar.
Soluciones serias e integrales
Al comparar estos datos con los que hasta ahora muestran distintas ciudades y países que han aplicado la misma encuesta, es evidente que los escolares bogotanos presentan una de las prevalencias más altas de consumo.
Héctor Zambrano, secretario de Salud de Bogotá, dijo que las cifras preocupan desde el plano de la salud pública, pero que la solución va más allá de lo sanitario: "El país debe entender que para controlar este problema se requieren acciones serias e integrales, que involucren aspectos que, al parecer, nadie quiere tocar, como el aumento de los impuestos al tabaco, la restricción total a la publicidad de cigarrillos y castigos severos para quienes les vendan a menores de edad. Lo demás son paños de agua tibia.
Ojalá los legisladores tengan en cuenta esta encuesta", dijo Zambrano.
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