A partir de ahora serán los propios productores de cigarrillos electrónicos quienes decidan entre comercializar este producto como un artículo médico o como un derivado del tabaco. Una nueva normativa europea, aprobada por el Parlamento de Estrasburgo la semana pasada, a la que los médicos de familia se oponen por considerar que debería regularse igual que el tabaco.
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, que representa a más de 20.000 facultativos, se niega a que estos cigarrillos se equiparen a un producto sanitario para ayudar a dejar de fumar. Curiosamente, la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE), la patronal del sector, defiende lo mismo en España.
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