Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), un organismo federal estadounidense, afirma que el efecto es totalmente contrario entre los jóvenes, precisamente donde se intentaba que el cigarrillo electrónica ayudara a evitar la difusión de los tradicionales.
La cifra de estudiantes que probaron los cigarrillos electrónicos entre 2011 y 2012 es unos 1,8 millones, una estadística que ya preocupa por las autoridades. En términos relativos, el porcentaje de jóvenes entre 11 y 18 años que actualmente los consume pasó de 1,1% a 2,1%.
La encuesta también mostró que unos 160.000 estudiantes que no habían fumado nunca antes comenzaron a usar cigarrillos electrónicos.
Una alternativa que comienza a perder espacio
Si bien sus fabricantes afirman que los electrónicos son una alternativa saludable para los fumadores, sus detractores señalan que sus efectos no están claros e incluso que un cigarrillo electrónico podría conducir a fumar uno real.
Según el último reporte estadístico entre adolescentes de entre 12 y 18 años de edad en Estados Unidos, se duplicó el número de fumadores de cigarrillos electrónicos, pero de ellos quienes consumen tradicionales y electrónicos pasaron del 0,8% al 1,6%. El 9% de los fumadores de la nueva tecnología dijeron que nunca antes habían fumado regularmente cigarrillos convencionales y que ahora lo hacían para disfrutar los efectos de la nicotina sin dañarse los pulmones. Un 76% de los fumadores electrónicos dijo que seguía teniendo el hábito de los tabacos convencionales.
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